QUITO
.- Cevallos es un apellido que se repite en gloriosas historias futbolísticas ecuatorianas, aunque en etapas distintas. Los unen los lazos de sangre, su condición de compañeros de club, en Liga de Quito, y también la experiencia de clasificar a mundiales. Padre e hijo lo consiguieron como titulares en el terreno de juego y alegraron al país.

José Francisco Cevallos Villavicencio fue figura de la Tricolor en la eliminatoria rumbo a la Copa del Mundo de Japón-Corea 2002; 10 años después su hijo, el volante José Francisco Cevallos Enríquez, abrió el camino del triunfo para que el combinado sub-17 clasifique al Mundial de la categoría que será en México, en junio.

La dinastía Cevallos también tuvo en el cuerpo técnico de Ecuador sub-17 a otro protagonista en la clasificación mundialista: Álex, el preparador de arqueros, hermano de José Francisco y tío del prejuvenil (fue golero del 9 de Octubre, Filanbanco, Emelec, El Nacional, otros clubes y la Selección).

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Dice José Francisco padre: "Son cosas de la vida, nos sentimos felices por ser una familia que lleva el fútbol en la sangre. A mi hijo nadie le ha regalado nada. Tal vez el apellido lo ayude en algo, pero en la cancha es donde él marcará su camino".

El vástago, llamado Júnior para los más cercanos, marcó el tanto que abrió la victoria de la Tri (2-1) el miércoles pasado ante Argentina, con la que se consiguió al pase a México 2011.

"El gol se dio en el momento preciso. Fue una satisfacción muy grande porque ayudó a cumplir el sueño de todo jugador: llegar a un Mundial y con solo 17 años lo he conseguido", señaló el mediocampista.

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Júnior lamentó que su padre estuviera ausente el día de la clasificación, pero acepta que fue por las dificultades de una profesión en la que él apenas comienza. "Mi papá consiguió la meta de ir al Mundial 2002 y ahora me toca a mí. Espero seguir sus pasos, pero sé que será el momento de elaborar mi propio camino", señaló.

Las manos del Ecuador regresaba de viaje desde Buenos Aires, tras la participación de Liga en la Copa Libertadores (empate a 1 con Independiente), pero confesó: "Seguí el partido con la gente de Liga por internet y pude ver el gol en el avión. Ahí saltamos todos y nos abrazamos. Luego hablé con mi hijo por teléfono y lo sentí muy feliz. Es algo que a uno como padre lo hace sentirse realizado".

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El histórico y multicampeón Pepe Pancho, que como el heredero de la dinastía de los Cevallos se inició en Barcelona, resalta las cualidades que llevaron a su hijo, surgido del torneo Interbarrial de este Diario, a debutar en el primer plantel albo. Es un "volante con muchas virtudes, pero le falta aprender y de a poco irá asimilando las cosas del fútbol", indicó.