Agencias
TOKIO / VIENA.- La crisis nuclear en Japón es equivalente al nivel seis de la escala INES, que tiene un máximo de siete escalones, dijo la agencia de noticias Kyodo citando a la Agencia Nuclear de Francia.
 
El desastre en la planta de Chernobyl de 1986 fue de nivel siete y la crisis de Three Mile Island de categoría cinco.

Según la agencia, los niveles de radiación en el reactor 4 de la planta nuclear japonesa Fukushima Daiichi eran demasiado altos para trabajar con normalidad en la sala de control.

Los trabajadores entraban y salían de la sala para realizar sus labores por no poder permanecer dentro de ella durante mucho tiempo y cumplían las funciones de vigilancia desde otros puntos también.
 
Japón se enfrenta a la posibilidad de una catástrofe tras la explosión de una planta nuclear que ha causado la fuga de niveles bajos de radiación que se dirigen a Tokio.

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Sin embargo, la IAEA indicó que la radiación estaría bajando en sitio nuclear de Japón.

Datos de Japón indican que los niveles de radiactividad han caído fuertemente en una planta de energía nuclear dañada por el terremoto y el tsunami de la semana pasada, dijo este martes el regulador nuclear de la ONU.

La Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés) indicó que una dosis de radiación de nivel de 11,9 milisieverts (mSv) por hora fue observada en la entrada principal de la planta de energía nuclear de Fukushima a las 00:00 GMT del martes.

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Seis horas después, la tasa había bajado a 0,6 mSv, dijo en un comunicado la agencia con sede en Viena. La IAEA usa la unidad para medir las dosis de radiación recibidas por las personas.

Japón teme una fuga masiva de radiactividad en la central de Fukushima

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Fase crítica
La situación en la planta nuclear de Fukushima en Japón entró hoy en fase crítica tras un incendio y una nueva explosión que desataron el temor a una fuga masiva de radiactividad y la declaración de un radio de exclusión aérea de 30 kilómetros.

La situación más grave parece concentrarse en los reactores 2 y 3 de esa central, donde a primera hora de hoy tuvo lugar una explosión que, además de dañar el edificio de la unidad 2, parece haber afectado a su sistema de contención.

El ministro portavoz, Yukio Edano, consideró muy probable que esté dañado y advirtió de que los niveles de radiación de la central son lo suficientemente altos como para ser perjudiciales para la salud.

La operadora de la planta, Tokyo Electric Power (Tepco), reconoció una potencial fusión del núcleo del reactor, mientras el nivel de radiactividad en la entrada de la central llegó a marcar los 8.217 microsievert por hora, muy por encima de los 1.000 microsievert al año establecidos como límite seguro.

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Mientras tanto, en las inmediaciones de la unidad del reactor 3, que también sufrió ayer una explosión por hidrógeno, la radiactividad llegó a tocar 400 veces el nivel considerado seguro.

En este reactor también se teme una fusión del núcleo a causa del fallo del sistema de refrigeración, pese a la inyección de agua marina con boro y a que se está liberando vapor de forma controlada para rebajar la temperatura y presión.

Piscina de combustible
La situación la complicó un incendio, ya extinguido, en la piscina de combustible del reactor 4, que estaba apagado por mantenimiento cuando ocurrió el terremoto.

Las condiciones en la planta atómica dañada se deterioraban aun más este martes, ante la posibilidad de que podría estar hirviendo el agua de una piscina de desechos de combustible atómico de un reactor, dijo funcionario de seguridad atómica del Japón.

Hidehiko Nishiyama, ministro de economía que supervisa la seguridad nuclear dijo hoy a los periodistas que "no podemos negar la posibilidad de que haya agua hirviendo" en la piscina.

Nishiyama trató de evitar hacer declaraciones sobre los posibles riesgos ante la creciente temperatura provocada por la falla de los sistema necesarios para mantener frías las varillas de combustible usado. Indicó que el operador de la planta estudia la situación a fin de resolver el problema.

Las piscinas sirven para guardar el combustible ya utilizado sumergido en agua a fin de evitar su sobrecalentamiento. Si el nivel del agua baja, la subida de temperatura puede llegar a provocar el fuego y, por tanto, nubes de material radiactivo, según los expertos.

El incendio de la piscina de la unidad 4 (aparentemente causada por una explosión de hidrógeno) hizo que los niveles de radiactividad llegaran a superar hasta cien veces el límite permitido, pero luego disminuyeron, según el ministro portavoz, Yukio Edano, que negó que hubiera una fuga en este reactor.

No obstante, Edano advirtió que los niveles en la central son lo suficientemente altos como para ser perjudiciales para la salud.

En la planta de Fukushima luchan por controlar los múltiples focos de crisis un puñado de operarios, después de que el grueso, unos 800, fueran evacuados ante la subida del nivel de radiactividad en el recinto, mientas Tepco indicó que la radiación es demasiado alta para que sus empleados permanezcan en las salas de control.

Evacuación
Los residentes en un perímetro de 20 kilómetros alrededor de la central, unos 200.000, fueron evacuados desde el fin de semana, mientras que hoy el Gobierno extendió el área de alerta hasta los 30 kilómetros.

Ese radio ha sido decretado como zona de exclusión aérea. Además, a los vecinos que permanecen a entre 20 y 30 kilómetros de la planta se les ha urgido a no salir de sus casas, cerrar las ventanas y apagar los sistemas de ventilación.

Las consecuencias del accidente en la central nuclear de Fukushima se ha convertido en la gran preocupación de un Japón aún conmocionado por los efectos del terremoto y el tsunami posterior, que causó más de 10.000 muertos o desaparecidos.

Los niveles de radiación han aumentado en amplias zonas, incluida Tokio, donde se han detectado pequeñas cantidades de sustancias radiactivas como cesio, aunque el Gobierno Metropolitano insiste en que los niveles todavía no suponen un riesgo para la salud.

Japón cuenta con medio centenar de centrales nucleares en su territorio, de las que once quedaron detenidas de forma automática tras el seísmo, lo que obligó a decretar desde este lunes cortes rotatorios de electricidad en Tokio y las provincias cercanas, que durarán hasta abril.