Gratuidad de auditorio Bolívar es 'un malestar' para artistas independientes

Cuando el auditorio del hoy llamado Centro Cultural Libertador Simón Bolívar abrió sus puertas al público, en el 2004, con el nombre de MAAC Cine, lo hizo con el propósito de difundir e incrementar la actividad artística en Guayaquil.Su creador, el departamento cultural del BCE (Banco Central), otorgó la administración del espacio a Ochoymedio, que aún programa de miércoles a domingo el auditorio, entidad que también ha dado cabida al arte independiente mediante el alquiler de la sala. Ahí se han presentado propuestas teatrales, de danza, música y más.Pero desde que comenzó el traspaso de los bienes culturales del BCE al Ministerio de Cultura –lo que dio origen a la Dirección Cultural Guayaquil–, artistas independientes como Martha Ontaneda, Ruth Coello y Augusto Enríquez coinciden en verse imposibilitados de presentar ahí sus obras.El motivo es que ya no lo pueden alquilar, y aunque tienen acceso a él de forma gratuita, reclaman porque de esta manera, según políticas, no pueden cobrar la entrada al público, lo que “generaría pérdidas en producción”. Antes de la transición sí se alquilaba el espacio.Ontaneda, quien espera que le den fecha para poner su propuesta teatral Miss Agua Dulce, se muestra decepcionada por el impedimento de alquilar la sala. “¿Cómo vivimos los artistas? Nosotros gastamos en producción, pagamos a los actores, invertimos en vestuarios, en hacer una producción. No pedimos caridad, queremos pagar el espacio”, apunta Ontaneda.Jorge Saade, director cultural Guayaquil del Ministerio de Cultura, explica que por ahora la política es que a los espacios que tiene a cargo la entidad, entre ellos el auditorio Simón Bolívar, pueda acceder todo el público, sin que pague entrada.“Nosotros apoyamos a los artistas dándoles gratuitamente el espacio. Eso nos cuesta más de mil dólares por función. Ellos no pagan nada. La manera de que ganen es que tengan auspicios. Yo como artista sé que es difícil conseguirlos, pero es una manera”, dice Saade.El también violinista, quien asumió la Dirección Cultural Guayaquil hace poco más de un mes, manifiesta que se aplica la gratuidad porque se ha analizado la asistencia del público a las funciones que ha ofrecido Ochoymedio en ese auditorio.Para dar un ejemplo, toma los resultados arrojados en enero del 2011, que indican que en las proyecciones gratuitas ha habido mayor concurrencia que en las funciones pagadas.Saade explica, con documentos, que 437 personas pagaron por ver 50 diferentes películas de la programación de enero, mientras que 687 espectadores acudieron a las tres proyecciones gratuitas.“Nos interesa que el arte llegue a todos y no a unos cuantos, por eso es preferible que todas las actividades que ahí se realicen sean gratuitas”, indica.Mariana Andrade, directora de Ochoymedio, está de acuerdo con la gratuidad, pero hace énfasis en que, si es así, los realizadores y productores deben ser beneficiados con una política de fomento a la cultura.“Si queremos tener estrenos, si queremos seguir teniendo Un Cerro de Cuentos, los EDOC o todo lo que tiene distribución y derechos establecidos, no podemos pedir que se los hagan gratis, a no ser que el Estado pague por eso. Ochoymedio lo que hace es programar y operar esos eventos”, dice Andrade.Similar a ella piensa la actriz Ruth Coello, a quien la iniciativa de gratuidad le parece interesante pero no valedera para quienes hacen teatro independiente. “El arte no se le debe dar siempre gratis a la gente porque si no, no lo aprecia. Tengo un espacio (Casa Fantoche) que es pequeño. Al querer llegar a más gente tenemos que acudir a espacios grandes, que en Guayaquil hay pocos, y en el auditorio se nos imposibilita hacerlo porque no podemos cobrar, ¿cómo montamos la obra y de qué vivimos?”, se pregunta.Saade explica que al momento no tiene autorización para alquilar la sala, pero agrega que junto con el Ministerio de Cultura, en Quito, se analiza la cotización del espacio para poder dilucidar de qué manera facilitarlo a los grupos independientes. No obstante, le parece precipitado dar fechas de cuándo se podría informar este tema que inquieta a otros gestores, como a Augusto Enríquez, quien anualmente organiza la Fiesta del Teatro.“Nos cierran las puertas y las posibilidades de llegar a más gente. Este año tampoco contaremos con el auditorio para la Fiesta del Teatro y seguiremos con los espacios que siempre nos han acompañado, como el teatro El Ángel, la Casa de la Cultura, Fantoche...”, cuenta.Andrade sugiere que cuando se trate de una obra que requiere el apoyo para cubrir sus costos de producción, exista un costo de alquiler especial. “Nosotros como Ochoymedio nunca nos hemos beneficiado de costos de alquiler, de taquilla, de nada, eso va directo al Ministerio de Cultura. Yo defiendo los derechos de los creadores de que cobren sus ganancias”, enfatiza la directora de Ochoymedio, sala cuyo contrato de programación terminó en enero de 2010. Desde esa fecha ha seguido con la administración del espacio por medio de prórrogas.Saade indica que Ochoymedio estará al frente de la sala hasta fines de marzo y que en los próximos días se abrirá un concurso público ( www.compraspublicas.gob.ec ) para que una entidad de cine programe el auditorio, pero bajo las condiciones del contrato.Entre esas constan que las funciones serán gratuitas, no se llamará administrador sino programador de la sala y tendrá que trabajar en conjunto con la Dirección Cultural Guayaquil.Según Saade, la Dirección otorga anualmente $ 144 mil a Ochoymedio para que administre los auditorios de Guayaquil y Manta. “Al gastar dinero público, lo que queremos es que el arte llegue a más gente”, dice.“Yo estimo que al tener un eficaz manejo de la sala, la cantidad de público que ese auditorio recibe hasta ahora se triplicará”, manifiesta Saade.OpinionesMariana Andrade DIRECTORA DE OCHOYMEDIO “Ochoymedio no somos el Estado, somos un proyecto cultural que vive de brindar servicios de programación”.Jorge Saade DIRECTOR CULTURAL GUAYAQUIL “A mí me interesa que las funciones en el auditorio sean gratuitas, para que la cultura llegue a todos los ciudadanos”.

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