Es el veterano de los dictadores árabes. Lleva 42 de sus 68 años al frente de Libia. En 1969 Muammar Ghadafi, por entonces capitán del Ejército destronó al rey Idris I en un incruento golpe de Estado militar y proclamó la República Árabe Libia. Desde niño Ghadafi creció alimentado por las arengas panarabistas del egipcio Abdel Gamal Nasser y el espíritu rebelde de una familia que luchó contra la ocupación italiana.

No tiene, en realidad, un cargo oficial en el gobierno (es una dictadura) y, pese a que asumió poderes dictatoriales paradójicamente es conocido como el líder fraternal y guía de la revolución.

Usó la enorme riqueza petrolera de Libia para apoyar a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y a otros grupos revolucionarios, como el IRA (Ejército Republicano Irlandés). Su ambición de crear una federación árabe en el norte de África se quedó sin realizar.

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Desde el principio se propuso establecer un sistema de gobierno distinto del capitalismo y el comunismo, y combinó la aplicación de la ley islámica con el nacionalismo árabe.

Destinó miles de millones de dólares en mejorar las condiciones de vida de los libios, lo que lo hizo popular entre los más desfavorecidos, pero asimismo usó duras tácticas contra los disidentes, incluidos los islamistas, y empleó “comités de purificación” de agentes de Policía y el Ejército.

Las potencias occidentales rechazaron sus movimientos, acusándolo de vínculos con el terrorismo y movimientos revolucionarios. El presidente estadounidense Ronald Reagan lo tachó de ‘perro rabioso’ y bombardeó Trípoli y Bengasi en 1986. Entre las 60 víctimas estaba una hija de Ghadafi.

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El mandatario libio volvió a estar en la picota internacional tras el atentado de un avión de Pan Am sobre la ciudad escocesa de Lockerbie en 1988, del que fueron acusados dos ciudadanos libios y en el que fallecieron 270 personas, en su mayoría estadounidenses.

Las sanciones impuestas por la ONU para presionar a Trípoli para que entregase a los dos sospechosos libios atenazaron la economía, apagaron el espíritu revolucionario de Ghadafi y limaron su retórica antioccidental. Así, abandonó su programa de armas prohibidas en el 2003 e indemnizó a las víctimas de Lockerbie, para que Libia regresase a la política internacional.

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Oficialmente, se explicó que el cambio de rumbo de Ghadafi era fruto de una larga labor de la diplomacia británica. Algunos analistas afirmaron que su hijo Saif al Islam fue el que lo persuadió de la necesidad de romper el aislamiento.

En septiembre del 2004, George W. Bush puso fin al embargo económico de EE.UU.

Es extravagante. Cuando viaja al extranjero duerme en una carpa vigilada por decenas de guardaespaldas femeninas. Asimismo tiene un equipo de cuatro enfermeras ucranianas, entre ellas una “rubia voluptuosa”, con la que se especula tiene una relación romántica.

En 1993 sobrevivió a un intento de golpe de estado militar, pero en esta ocasión es el pueblo libio el que se cansó de él.

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