Para fines de la década del setenta la natación ecuatoriana había alcanzado lo que considero fue ‘la era espacial’ en su desempeño. Teníamos dos campeonatos Sudamericanos Absolutos de varones (el de Lima 1938 y Guayaquil 1978), medallas de oro sudamericanas tanto en damas como en varones, y en saltos ornamentales. También preseas doradas en Juegos Panamericanos y clasificaciones a finales de Juegos Olímpicos y de campeonatos mundiales.