Después de ocho años de tener un negocio rentable, pero sin crecimiento, en el 2010 el taller de zapatos de Giorgio Bottinelli tuvo un aliciente para su expansión: la imposición de los aranceles a la importación de textiles y calzado.

Esta medida que condujo a Bottinelli a cambiarse de instalaciones e invertir unos $ 60 mil en maquinaria, fue un impulso que dinamizó al sector manufacturero y se ve reflejado en la subida del Valor Agregado Bruto (VAB, Producto Interno Bruto menos impuestos) en el tercer trimestre del año pasado.

Este índice tuvo un crecimiento de 7,95%, en relación al mismo periodo del 2009. El aumento, según el Banco Central, también fue el más alto desde el último trimestre del 2008.

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El sector específico en el que se desempeña Bottinelli con su taller de calzado, ocupa el segundo puesto en importancia en la industria manufacturera y registró un crecimiento del 3,95% de julio a septiembre del 2010, comparado con el 2009.

Es así que después de la imposición de las salvaguardias en enero del 2009 y luego la de los aranceles mixtos en junio del 2010, la empresa de Bottinelli logró pasar de una producción de mil a seis mil pares de zapatos por mes, de ofrecer doce modelos a diseñar cuarenta y de tener diez empleados a iniciar el 2011 duplicando esta cifra.

Liliana Villavicencio, presidenta de la Cámara de Calzado de Tungurahua (Caltu), el gremio de productores de zapatos más grande del país, indica que entre el 2008 y diciembre del 2010 se crearon más de 2.900 empresas. Según las estadísticas de esta asociación en ese lapso pasaron de 600 compañías a más de 3.500.

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Para este año el crecimiento del sector, calcula, sería mayor a el 30%, porque se apunta a compra de maquinarias, pues creen que si se conserva el arancel mixto, el mercado local está protegido de los productos chinos que se vende a precios mucho más bajos que el nacional.

Julio José Prado, director del Departamento de Investigación del IDE Business School, explica que otro factor que ayudó al sector manufacturero fue la dinamización de los créditos en los bancos y cooperativas.

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El año anterior, según cifras de la Superintendencia de Bancos, se registró un crecimiento en los préstamos al sector productivo del 18,4% en relación al 2009, cuando presentaron una caída de -5,3%. La subida de los créditos solo es superada por el 21,8% registrado en el 2008, contra el 2007.

AFECTA COMPETITIVIDAD

Según Prado, los préstamos sumados a los aranceles han sido un impulso para la industria del calzado, pero no se trata de soluciones a largo plazo.

La medida tributaria, aclara, no genera una mejora en la productividad, que comparada a los países vecinos deja al Ecuador en desventaja.

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Además, agrega que el mercado interno es pequeño, por lo que si no se mejora en la calidad cuando se piense en exportar, no se tendrá el nivel que exige el mercado. Cree que el primer paso es conseguir capacitación para la mano de obra.

Otros segmentos que presentaron un crecimiento destacado fueron los de producción de madera con un 35%, fabricación de plásticos y cauchos, 5,88% y elaboración de bebidas con el 19,77%.

Bruno Leone, vicepresidente de la Cámara de Industrias de Guayaquil, en cambio, encuentra el crecimiento del sector como un resultado de la dinamización de la economía a través de la mensualización de los fondos de reserva y los bonos.

Además, añade, que la promoción inmobiliaria también reactivó la industria, pues artículos como bisagras, sanitarios y otros elementos del acabado de las viviendas también son artículos manufacturados.

Comenta que el sector alimenticio también fue uno de los más beneficiados por el aumento de circulante, pues provocó alza en la demanda y expansión en la producción.

$ 580,1
millones generó el sector manufacturero en el tercer trimestre del 2010.