¡Mascalzone… Maledetto… Porca miseria...! Franco Baresi, el fabuloso zaguero centro del Milan, se pasó toda la final Intercontinental de 1994 maldiciendo a Omar Asad. El Turco lo volvió loco con sus mañas y su potencia, le metía el cuerpo, protegía la pelota con su voluminosa humanidad y luego se daba vuelta y encaraba con todo. Así fue la figura de la cancha, marcó un gol decisivo para la victoria de Vélez Sársfield y se ganó el trofeoToyota al mejor jugador del partido.