AFP
WASHINGTON, Estados Unidos.- La serie de mensajes diplomáticos estadounidenses difundida por el sitio WikiLeaks en el 2010 marca un antes y un después en la vida de internet, al mostrar al mundo la influencia que puede tener.

Las revelaciones hechas por WikiLeaks recuerdan al caso Napster, de 1999, que provocó un profundo impacto en la industria musical al colgar en internet centenares de miles de canciones que podían descargarse gratuitamente, lo que transformó para siempre al sector.

¿Tendrá WikiLeaks el mismo efecto en cuestiones de diplomacia, transparencia y libertad de expresión? Gobiernos, medios de comunicaciones y expertos intentan responder a esta pregunta.

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Para WikiLeaks, la publicación de los más de 250.000 mensajes diplomáticos del departamento de Estado, realizada a fines de noviembre, busca poner de manifiesto la "contradicción" entre la posición oficial estadounidense y "lo que se dice puertas adentro".

Pero para sus detractores, el sitio ha cometido un crimen, urdido por su fundador, un pseudo-defensor de la transparencia, el australiano Julian Assange, que goza de libertad condicional en Gran Bretaña tras pasar nueve días encarcelado tras una acusación de abuso sexual en Suecia.

La frontera entre los pros y los contras del método WikiLeaks es confusa, asegura Clay Shirky, especialista estadounidense en cuestiones sociales y económicas relacionadas con internet.

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"Me siento dividido", resume en su página web Shirky.com. "Está claro que los ciudadanos de una democracia deben saber lo que dice y lo que hace su país en su nombre. Y WikiLeaks ha desarrollado este función".

"Pero por otra parte, todo no puede ser transparente", comenta el experto, en relación al secreto diplomático.

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Andrew Rasiej, cofundador del blog político-tecnológico techPresident.com, estima que WikiLeaks ha metido a internet en una nueva era.

"Es un acontecimiento 'a la Napster', por cómo la tecnología modifica la relación entre las personas y los gobiernos", explica.

"Espero que cuando todo se calme, el gobierno (estadounidense) reconozca que debe esforzarse y utilizar el secreto diplomático en contadas ocasiones", añade Rasiej.

Pero este experto teme que "los gobiernos caigan en la tentación de imponer un remedio que sea peor que la enfermedad".

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El futuro de WikiLeaks podría ser sombrío, presionado por muchos gobiernos y enfrentando represalias bancarias de Bank of America, MasterCard, PayPal o Visa Europa, organismos a través de los cuales aseguraba su financiación.

"En diez años, nadie más dirá que WikiLeaks fue algo bueno", subraya James Lewis, experto en ciberseguridad del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos de Washington, recordando que Napster finalmente cedió a las represalias de las grandes compañías de discos.

Los responsables de WikiLeaks "tal vez empezaron con buenas intenciones, pero las consecuencias terminarán contra ellos", asegura Lewis.

"Los ciudadanos acabarán preguntándose si este comportamiento es responsable. Y creo que la respuesto será 'No'", vaticina.

"WikiLeaks nos ha ayudado a darnos cuenta que ningún secreto está a salvo", afirma el experto en medios de comunicación, Jeff Jarvis, en su blog Buzzmachine.com.

"El poder cambia de manos con internet. Pasa de los que guardan secretos a los que crean nuevas vías para difundirlos", zanja Jarvis.