AFP
RÍO DE JANEIRO, Brasil.- El ejército brasileño encabezará una misión de paz en las favelas de Rio de Janeiro ocupadas por la policía y que eran bastiones del narcotráfico, informaron este sábado el ministro de Defensa, Nelson Jobim, y el gobernador del Estado, Sergio Cabral, en conferencia de prensa.

Jobim, con la aprobación del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, anunció el apoyo solicitado por el "gobierno del Estado (de Río) para mantener el orden y la paz hasta final de la instalación de la Unidad de Policía Pacificadora", en los complejos de favelas Alemao y Penha (norte), que incluye a la ocupada Vila Cruzeiro, destacó Cabral tras la reunión que mantuvieron.

El Ejército, que apoya a las policías locales en la operación de ocupación de las favelas, tenía hasta este momento una función logística y de preservación de los perímetros de las zonas ocupadas.

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Sin embargo, ahora con esta "fuerza de paz que estará comandada por un comandante militar", los militares estarán encargados del "patrullaje, revista y prisión en flagrante" de los barrios, mientras que la policía de Rio se hará cargo de las operaciones de busca y aprehensión, explicó Jobim.

Las autoridades precisaron que la nueva etapa de ocupación comenzará una vez se haga una evaluación de la situación, y afirmaron que su duración va a depender de la evolución de los trabajos.

En principio las autoridades de Río de Janeiro habían pedido la permanencia del Ejército durante siete meses.

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Brasil comanda la fuerza militar de paz de la ONU en Haití desde el 2004, donde ganó gran experiencia en el patrullaje urbano, en los barrios de Puerto Príncipe a menudo también copados por la violencia.

Esta será la primera vez que el Ejército brasileño instale una fuerza de paz en su propio país.

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Consideradas 'bunker' de los traficantes, las favelas Vila Cruzeiro y Complexo do Alemao fueron ocupadas el fin de semana pasado por la policía y el Ejército, en un operativo inédito en respuesta a una serie de ataques en la ciudad de Rio de Janeiro que dejaron más de 100 vehículos incendiados.

Los operativos, que comenzaron el 21 de noviembre, se saldaron con 37 muertos, la mayoría de ellos supuestos traficantes.

Durante las operaciones, la policía civil de Rio informó que detuvo a 118 personas y confiscó 518 armas de varios calibres.