QUITO
.- El desplazamiento de pobladores que causa el cambio climático en las comunidades indígenas y campesinas fue uno de los temas prioritarios analizados en el Foro Social Mundial de las Migraciones que tenía previsto concluir anoche con la declaración de Quito.

Se calcula que 50 millones de personas han sido forzadas a migrar por efectos de los cambios en el clima, y estos "desplazados climáticos" conviven con los desplazados del hambre que engrosan las filas de más de 200 millones de personas que, según la Organización Mundial de las Migraciones, suman la peor crisis migratoria que enfrenta la humanidad.

En la conferencia 'Crisis globales y flujos migratorios', Víctor Nzuzi-Mbembe, agricultor del Congo y activista del movimiento mundial Vía Campesino, cuenta que en su país el 70% de la población vive de la agricultura, pero empiezan a migrar en busca de mejores oportunidades porque "esa tierra está contaminada, no hay agua, no hay ni recursos que apoyen al campesino para cultivar la tierra. La gente busca irse pero no sabe adónde".

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Recuerda que cuando Bélgica "quiso construir un tren en la República Democrática del Congo trajo a africanos de todos los países, de Malí, de Chad, de Zimbabue y le parecía normal, decían que los africanos eran hermanos". Ahora, sin embargo, ya no consideran la opción y "lo que hacen es expulsar a los africanos de sus países".

Ivo Poletto, filósofo brasileño que trabajó en el programa Hambre Zero, ratifica que la nueva agudización de la migración surge por el cambio climático. "La sequía, la contaminación del agua y deterioro del suelo provocan el desplazamiento de mujeres campesinas hacia las ciudades para buscar su sobrevivencia", destaca.

Ante esta situación tiene una propuesta sui géneris: "Si los pueblos que son afectados por las inundaciones destructivas, por sequías provocadas por el calentamiento, debemos empezar a defender el derecho de esas personas y pueblos de migrar y vivir con libertad en los territorios de los países causantes del cambio climático".

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Para Alberto Acosta, ex presidente de la Asamblea Constituyente del Ecuador, no solo se debe garantizar el derecho a migrar, más importante es el derecho a la existencia de los pueblos, a vivir en sus propios territorios.

"No podemos migrar simplemente porque el calentamiento global nos va expulsando, tenemos que asegurar las condiciones de vida digna en nuestros propios territorios. Si planteamos la ciudadanía universal tiene que garantizar las condiciones de vida", agrega.

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Las organizaciones sociales de distintos continentes que participaron en esta cumbre mundial analizaron el fin de semana la situación, impacto y perspectivas de la migración mundial y anunciaron que hoy participan en una marcha que partirá desde el parque El Arbolito hasta la Presidencia, donde serían recibidos por el mandatario Rafael Correa.