En la comunidad de San Pedro de Curiquingue, al norte del cantón Cañar, familiares de Víctor Manuel Álvarez Andrade claman ayuda para repatriar el cadáver de este emigrante ecuatoriano, quien falleció el pasado viernes en Long Island, durante un tornado que azotó a Nueva York, EE.UU.

Luis Álvarez, hermano mayor del emigrante que se fue de su tierra natal en 1994, afirma que solo saben, por una llamada de su sobrina que vive en Estados Unidos, que “murió mientras conducía su taxi”, con el que se ganaba la vida desde hace doce años y que por la lluvia y el viento del tornado, el auto se volcó, dio varias vueltas y quedó en el carril contrario, por lo que fue impactado por un tráiler.

“Queremos que nos ayuden a que el cuerpo llegue a su casa y podamos velarlo y enterrarlo junto a mi mamá”, dijo Bertha Andrade, su cuarta hija.

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Según el hermano mayor, Álvarez dejó a su familia hace 16 años con el sueño de construir su casa, ayudar a sus 6 hijos para que estudien y regresar al Ecuador con ahorros para comprar tierras y ganado, lo que se volvió imposible, porque le tomó casi cinco años pagar la deuda con el traficante de personas que lo llevó, y luego la enfermedad y muerte de su esposa, hace ocho años postergó la meta de construir la casa de dos plantas, para toda la familia.

Según Luis Álvarez, hermano mayor del emigrante fallecido, funcionarios de la Secretaría Nacional del Migrante (Senami) visitaron la comunidad el martes y ofrecieron ayuda para repatriar el cadáver.

“En unos quince días, tal vez, nos dijeron, por eso vamos a esperar con tranquilidad, porque no tenemos los $ 10.000 que dicen cuesta traer el cadáver, ojalá uno de los hijos pudiéramos ir a los EE.UU para ayudar a hacer rápido los trámites”, pidió la primogénita, Narcisa Álvarez.