Viernes, 19:45, un bus de la línea 42 recorre la avenida Quito a una velocidad promedio de 50 kilómetros por hora.

Al llegar a la avenida de las Américas el conductor, tras observar por el espejo retrovisor a otro bus de la misma cooperativa y cerrar la compuerta de la unidad, acelera hasta llegar a 80 km/h y gira a la avenida Carlos Luis Plaza Dañín y la recorre en menos de tres minutos.

En el centro comercial Plaza Quil los dos buses se parquean paralelamente y el enfrentamiento de choferes por no respetar el ‘tiempo’ tarda un par de minutos hasta que los dos salen disparados hacia Urdesa.

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La competencia dura hasta llegar a la estación en la cdla. Quisquís, donde tienen que marcar tarjeta.

La situación se repite a diario en todos los sectores de la ciudad y que en muchos casos provocan accidentes de tránsito debido al exceso de velocidad de los colectivos que compiten entre sí por marcar tarjeta, en sus estaciones o en controles que se apostan en varios sectores del recorrido.

Por ejemplo, uno de los puntos de marcación de la línea 121 se sitúa en la avenida Aurora Estrada, a la altura de García Moreno. Mientras, que uno de los controles de la línea 82 se ubica en la calle Rumichaca, en pleno centro de la urbe.

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Solo de enero a mayo, según estadísticas de la Comisión de Tránsito del Guayas (CTG), en los siete corredores viales más importantes de la ciudad se registraron 65 accidentes en los que estuvieron vinculados buses de transporte público.

La mayoría ocurrió en la vía Perimetral y en las avenidas Francisco de Orellana y la de las Américas.

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Más recorren, más ganan
Un chofer de bus, que prefirió la reserva de su identidad, reveló que la marcación de tarjetas nunca ha desaparecido, pese a estar prohibida por la CTG, y su objetivo es controlar las vueltas (recorridos) que da el bus en el día. “Nos apuramos porque entre más vueltas damos y pasajeros recogemos, más ganamos, pues no tenemos sueldo fijo, ganamos un porcentaje”, señaló el conductor, quien expresó que este oscila, depende de las cooperativas y dueños de las unidades, entre el 10 al 30%.

Esto se debe al sistema administrativo que la mayoría de las 63 cooperativas de Guayaquil, divididas en 114 rutas con 4.096 buses, aún conservan la caja simple. “Es un sistema en el que mientras más vueltas da gana más dinero, por eso se generan las competencias”, reconoció Alberto Arias, presidente de la Federación Nacional de Transportistas Urbanos (Fenatu).

El sistema permanece vigente pese a que el numeral 4 del artículo 82 de la Ley de Tránsito sanciona como “una infracción de tercera clase y una multa de ocho remuneraciones básicas unificadas (1.680 dólares) a las cooperativas de transporte público que no mantengan una caja común...”. Sin embargo, contraproducentemente, la misma ley permite su uso, según la transitoria decimotercera que indica que las cooperativas tendrán cinco años de plazo contados a partir de la promulgación de la ley, en agosto del 2008, para que adopten la caja común y dentro de este plazo no serán sancionados.

Arias cree que la caja común entrará en vigencia a fines del 2012, hasta que el nuevo sistema se socialice en su gremio.

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Sin embargo, Jaime Velásquez, director ejecutivo de la CTG, aclaró que el hecho de que la ley permita la caja simple, no quiere decir que los relojes tarjeteros o tarjeteros ‘humanos’ puedan operar.

Ley de Tránsito: Artículo y transitoria
Art. 82.- Constituyen infracciones de transporte de tercera clase, que serán sancionadas con multa de ocho remuneraciones básicas unificadas a las cooperativas de transporte público que no mantengan una caja común para los ingresos que obtengan del desarrollo de las actividades...

Transitoria decimotercera.- Las cooperativas de transporte público que se constituyan jurídicamente a partir de la expedición de la presente ley (agosto del 2008), deberán obligatoriamente hacerlo bajo el sistema de caja común, previo a la obtención del documento habilitante que faculte la prestación del servicio de transporte. Las cooperativas de transporte público que en la actualidad se manejan con caja simple, tendrán el plazo de cinco años contados a partir de la promulgación de la presente ley, para que adapten su sistema al de caja común, por lo que dentro de este plazo no será aplicable para las mismas la sanción determinada en el numeral 4 del artículo 82.

Textuales: Caja común
Alberto Arias
Presidente de la Fenatu
“Con la caja común los dueños de los buses serán accionistas y no competirán, pero este sistema aún no se socializa”.

Jaime Velásquez
Director ejecutivo de CTG
“La ley les permite manejarse, por ahora, con caja simple, pero no con tarjeteros. Eso está prohibido desde hace años por la CTG”.