Arístides Vargas es sin duda uno de los más notables teatristas latinoamericanos. Sus obras forman parte del repertorio de tantísimos grupos de todo el continente y él mismo ha sido maestro de muchos creadores en diversos países en los que ha conducido proyectos de trabajo concretos.

Uno de ellos es el que llega al Festival Internacional de Teatro Guayaquil 2010 proveniente de Centroamérica. Con puesta y la dramaturgia del propio Arístides, Tres viejos mares hace posible el encuentro de creadores de El Salvador, Honduras y Guatemala, quienes juntan historias e imágenes comunes y dibujan frente al espectador un fresco de la memoria hecho de encuentros y desencuentros, de fracasos y de esperanzas.

Patricia Orantes, del guatemalteco Rayuela Teatro Independiente; Omar Remeros, de Escena Norte, de El Salvador; y Édgar Valeriano, del hondureño Grupo Teatral Bambú, son los encargados de convocar los fantasmas que, como espejismos, entran y salen del horizonte que la historia propone.

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Acaso ellos mismos son fantasmas que el mar ha lanzado a la orilla, acaso han perdido el camino de regreso a sí mismos y buscan una pista que les permita descubrir quiénes son y qué hacen allí, frente al mar que levanta una y otra visión en el tiempo.

A cargo de Pepe Rosales, quien también es responsable del diseño de vestuario, la escenografía acumula hamacas que obligan a pensar en el vaivén de las olas, en el ir y venir de los sucesos, personas, lugares y también deseos. Cada personaje habla de sus razones y exhibe sus máscaras, esas que les permiten seguir viviendo a pesar de las múltiples fracturas del alma. Los actores defienden sus puntos de vista y ponen en juego un inverso de referencias contextuales, que vigorizan el texto en tanto lo connotan y le imprimen una emoción particular.

Sentido del humor e ironía, permiten que la pieza comunique más allá de la historia misma y active complicidades entre actores y espectadores, estos últimos confrontados de manera directa pues ocupan el sitio donde los actores ubican el mar y obviamente todas las visiones que las olas levantan, todas ellas perfectamente reconocibles desde cualquiera de nuestros países.

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Dedicada a la memoria de los muertos y desaparecidos por disímiles circunstancias y en especial al recuerdo de Lisandro Guarcax, joven artista guatemalteco brutalmente asesinado en las pasadas semanas, la puesta es testimonio de la luchas y los anhelos de estos hombres y mujeres centroamericanos y también de la posibilidad de integración que proyectos como este avizoran.

* Crítico teatral cubano

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Datos
Función. Como parte del Festival Internacional de Artes Escénicas Guayaquil, esta noche se presenta un espectáculo de danza contemporánea titulado Natalia Granja. Es una coreografía de Esteban Donoso. Bailan Sofía Calderón y Viviana Sánchez.

En Urdesa. Esta actividad se desarrolla a las 20:00, en el cuerpo espacio La Fábrica (Urdesa central, Guayacanes 215 y Segunda). La entrada es gratuita.