Desde el 26 de agosto pasado, en Ecuador está prohibida la pesca dirigida, venta y almacenamiento (vivas o muertas) de mantarrayas, como consta en el Acuerdo Ministerial 093. Quienes atrapen durante sus faenas una mantarraya, de manera incidental, deberán devolverla al mar de inmediato, ordena el documento.

La decisión se tomó con base en un reciente estudio sobre la especie, realizado por la Subsecretaría de Recursos Pesqueros, apoyada por Fundación Equilibrio Azul y la organización Conservación Internacional.

Este breve informe indica que desde la década del ochenta se ha tenido conocimiento de una pesca dirigida de rayas en la zona de Puerto Bolívar, El Oro, y cuya carne, bastante grasosa, se ha comercializado hacia Perú.

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Sin embargo, es en los controles del 2009 donde se detecta un incremento significativo de mantarrayas en los desembarques pesqueros, y a partir de entonces se monitorea esta especie altamente migratoria.

Luis Arriaga, subsecretario de Pesca, expresa que esta es una medida preventiva para evitar lamentaciones futuras. “No esperamos a tener varios estudios científicos para tomar una decisión”, manifiesta el funcionario, y añade que con este acuerdo y los controles continuos esperan no afectar a la población de las mantas.

El mismo documento indica que por referencia de los pescadores artesanales se conoce que las mantas están valoradas entre $ 5 y $20 cada una, dependiendo del tamaño; pero los compradores mayoristas comercian cada libra entre $ 0,25 y $ 0,40.

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Las mantas llegan a medir 7 metros de ancho (M. birostris), tienen la cola en forma de látigo, la cabeza ancha y la piel desnuda, rugosa, con dentículos y pequeños tubérculos. Generalmente son grisáceas, rojizas, cafés o negras, en su cara frontal, pero en la parte interna son amarillentas o blancas, cada una con cierta tonalidad irrepetible que permite a los científicos identificarlas, como sucede con las aletas de tiburones.

Los estudios científicos sobre la especie son escasos, pero la Fundación Equilibrio Azul, que explica que viven sobre las plataformas continentales e insulares de todos los mares tropicales, tienen poca fecundidad y largos periodos de gestación. A esto se suma su lento ritmo de crecimiento y gran longevidad, que determina las bajas tasas de crecimiento poblacional.

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Las mantarrayas son especies indicadoras de la salud de los mares, controlan la población de especies menores y son admiradas por la industria del buceo. Arriaga asegura que las medidas de control y vigilancia se mantendrán, y contarán con el apoyo de la Policía Ambiental y la Dirección Nacional de los Espacios Acuáticos. También se distribuirá material de concienciación y sensibilización sobre estas nadadoras.