Por falta de trabajo, para reunirse con familiares o para tener una mejor vida, el éxodo de ecuatorianos a Estados Unidos no cesa.

Cuatro intentos, un viaje por año. El deseo de cruzar fronteras y llegar a Estados Unidos, el país donde ‘sí’ se consigue trabajo con ‘buena paga’, martilló tantas veces la cabeza de Byron Gómez, de 23 años, y aunque le costó dejar a su madre, Lourdes Samaniego, en su natal Chordeleg, Azuay, no le asustó enfrentar los riesgos del viaje. Probó varias rutas con diversos coyotes, la odisea casi le cuesta la vida.

El primer intento lo hizo en el 2006. Un coyote de Guayaquil lo llevó por la ruta Lima hasta México, de donde lo deportaron. El viaje se pactó por $ 12.000 de los cuales pagó $ 6.500, pedido a prestamistas. Un año después, con otro traficante de personas probó suerte por la ruta Guayaquil-Cuba-Bahamas, en donde fue detenido. Aquí, el coyote, a quien se entregaron $ 7.500 como parte del pago, lo abandonó y robó todas las pertenencias.

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Un nuevo traficante le facilitó el viaje a México desde Lima. Cruzó la frontera con EE.UU. tras caminar por el desierto, pero al llegar al estado de Arizona fue detenido. Retornó deportado con otra deuda de $ 6.500.

Un accidente del camión en el que viajaba con otros cien migrantes en la ruta hacia la frontera con EE.UU. y que lo dejó inconsciente selló su cuarto intento por migrar. Un coyote del cantón azuayo Gualaceo lo llevó por la ruta Quito-Honduras, vía aérea y por tierra a Guatemala y México, oculto en camiones o tráileres repletos de migrantes en viajes de más de quince horas. Tras caminar durante cinco días en el desierto con poca agua y comida fue detenido y deportado; el coyote se quedó con unos $ 8.500 entregados.

Byron dice que no habrá otro intento, aunque se queja de la falta de oportunidades en el país y que con los $ 60 semanales que percibe en un taller de joyería no puede ayudar a su madre ni superarse, mucho menos pagar los más de $ 20 mil que aún debe por los cuatro viajes.

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La misma frustración tiene Marco Zumba, de 17 años, deportado hace dos meses. Nativo de la parroquia Jadán del cantón Gualaceo, el joven cuenta que vía aéra llegó hasta Honduras y luego por tierra a Guatemala y México, donde fue detenido.

Este cantón azuayo junto con Chordeleg, Paute y Sígsig tienen alto número de migrantes, refiere Andrea Ledesma, directora de la oficina 1800migrante, donde se manejan más de 500 expedientes de denuncias contra coyotes, pensiones alimentarias de padres que se olvidaron de sus hijos tras migrar o recuperación de bienes contra chulqueros. Hay casos de migrantes que pactaron al principio el viaje por $ 9.000, pero con los intereses la deuda ahora remonta a $ 38.000, dice.

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Pese a los riesgos de perder la vida en el trayecto, como le ocurrió a Freddy Lala Pomavilla, el sobreviviente de una masacre el pasado 22 de agosto en el estado mexicano de Tamaulipas tras ser secuestrado por el cartel de Los Zetas, el éxodo de ecuatorianos no cesa.

Datos de la Dirección Nacional de Migración indican que de las 795.083 personas que salieron del país en el 2007, 42.399 no regresaron; en el 2008, 50.373 de los 813.396 tampoco volvieron. Mientras que en el 2009, año con impacto de la crisis mundial, se registra mas bien un mayor número de ecuatorianos que retornaron. Además de los 811.189 compatriotas que salieron regresaron otros 6.543.

La información agrega que desde enero pasado hasta el 19 de agosto último, de los 581.557 ecuatorianos que salieron, 25.174 no volvieron.

Según esas cifras, parte de los ecuatorianos se quedó en países de Centroamérica que son utilizados por los migrantes como ruta hacia EE.UU.

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De las 12.073 personas, por ejemplo, que salieron a Honduras, Guatemala y El Salvador, en el 2008, 9.174 se quedaron; en el 2009, 5.115 de las 7.479 que viajaron a esos destinos; y en lo que va del 2010, 4.379 de las 6.024 no regresaron.

De estos, Honduras es el territorio con mayor número de personas que se quedaron, 17.323 de las 19.658 que llegaron.

En efecto, de los casos relatados por los migrantes, Honduras figura como una de las principales rutas del viaje junto con Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Panamá en Centroamérica, adonde llegan a través de Colombia, Venezuela, países del Caribe, Perú, Bolivia y Argentina, vía aérea.

Al momento la vía marítima no se la utiliza porque es más rápido y legal salir vía aérea a países como Nicaragua y Guatemala, donde no se exige visa, según Ernesto Solano, jefe de la Dirección de Inteligencia policial.

No obstante, el éxodo por mar, aunque en menor cantidad, se mantiene. Los 350 kilómetros de la costa manabita siguen siendo una ruta utilizada por los coyotes. Un habitante de la parroquia San Lorenzo, en el sur de Manta, refiere que en enero pasado se dio una salida de migrantes. “El peligro es que las salidas se multiplican porque no hay control”, asegura.

Habitantes de la zona norte de Manabí concuerdan en que hace dos meses los migrantes salieron desde el sitio conocido como Coco Solo, entre Pedernales y la parroquia Cojimíes.

El dueño de una panga del sector que prefiere no identificarse asegura que los coyotes le pagan $ 200 por transportar a un grupo de migrantes. “En cada viaje llevamos hasta treinta personas”, comenta.

Solano asegura que se tienen identificadas las redes de coyotes que operan en el país, así como las redes de usura, pero evita dar mayores detalles porque están en investigación.

Quienes deciden migrar buscan a los llamados coyotes. Estos traficantes cobran de $ 12.000 a $ 15.000 a los ecuatorianos y de $ 25.000 a $ 30.000 a los extranjeros. Por lo general, el 50% se cancela en el país de origen y la diferencia se paga al llegar al destino final.

Otro modus operandi es también el pago por etapas: un porcentaje al inicio del viaje, otro a la mitad, generalmente en Centroamérica. El pago final se hace cuando el migrante llega a su destino, explica el jefe policial.

Desde el 2002 se ha detenido a 381 involucrados en el tráfico de personas.

Solano dice desconocer la situación legal de estas personas. “Si nos ponemos a revisar seguramente no habrá nadie tras las rejas”, comenta y asegura que se hará un seguimiento del tema.

Según las investigaciones, generalmente los coyotes son propios de zonas donde hay mayor migración como Azuay, Cañar y Loja, aunque también se extienden a otras como Tungurahua.

El fiscal provincial de Cañar, Homero Gárate, refiere que en lo que va del año se han registrado 35 denuncias contra coyotes de las cuales 15 están en instrucción fiscal.

La mayoría de causas se tramita en la oficina de la Fiscalía del cantón Cañar, donde su titular, Jorge Vélez, sostiene que se siguen 18 casos, de los cuales 7 están en etapa de instrucción fiscal. De ellos, una audiencia de juzgamiento contra una coyote detenida está prevista para el próximo miércoles.

Las investigaciones se traban por falta de colaboración de los familiares que reciben amenazas o porque llegan a acuerdos con los coyotes, dice Vélez.

El jefe de Inteligencia destaca que la actividad del coyote va de la mano con el negocio de los chulqueros debido a que la gente que intenta estos viajes son de escasos recursos y los traficantes de personas tienen conexiones con estas redes de prestamistas.

Solano evita dar una estimación de la cantidad de dinero que mueve la usura. Pero sí refiere que el tráfico de migrantes genera alrededor de $ 80 millones anuales.

A Inteligencia policial le preocupa el tema del coyotaje, pues según Solano, desde 1994 hasta el 2009, en la frontera entre México y Estados Unidos se han registrado 5.607 muertes, lo que significa un promedio de 356 decesos por año. No todas esas muertes que se producen en la frontera son registradas porque no se encuentran todos los cuerpos. En este año se han contabilizado 416 fallecidos en esa zona, de los cuales 191 ocurrieron en el desierto de Arizona.

Aunque la oficina de tráfico de personas de Inteligencia no conoce cuántos de esos muertos son ecuatorianos, se estima que son numerosos los que perdieron el contacto con familiares.

Al momento las cifras con que cuenta esta Oficina son 123 personas en el 2009 y 100 en lo que va del 2010, cuyos familiares piden ayuda para localizarlos.

Otros también murieron en el intento, como el grupo de 103 migrantes que naufragó en agosto del 2005 de los cuales se encontraron 94 cuerpos. El estar cerca de la muerte no asustó a 5 de los 9 sobrevivientes que se arriesgaron y tras varios intentos llegaron a EE.UU.

En la oficina 1800migrante en Gualaceo también se ayuda para localizar a 19 desaparecidos en la ruta a Estados Unidos.

Cifras: Acciones
120
Operaciones. Ese es el número de operaciones contra las bandas de traficantes de migrantes que ha realizado la Dirección General de Inteligencia de la Policía entre el 2002 y el 2010, en las cuales se detuvo a 381 personas.

2.079
Deportados. Desde enero de este año hasta el pasado 26 de agosto, ese número de ecuatorianos fue deportado de Estados Unidos (1.456), así como de México (129) y Guatemala (29), países utilizados como tránsito por los migrantes. Mientras que en el 2009 los expulsados fueron 2.924, la mayoría de territorio estadounidense (2.881).