La muerte del anciano Cayetano Cedeño Zambrano, de 95 años, luego de que hace un mes permaneciera en arresto domiciliario junto a su esposa María Vera, debido a que su hijo Marco Cedeño Vera no canceló la pensión alimenticia de dos de sus hijos menores de edad, le ha quitado el sueño a la jueza que sigue la causa.

Los problemas de salud de esta pareja empeoraron, según sus hijos, después que policías irrumpieron en la casa de los ancianos ubicada en la parroquia Canuto del cantón Chone el 7 de abril pasado con una boleta de apremio determinada por la jueza suplente Gina Sosa, del Juzgado Segundo de la Niñez y Adolescencia de Manta.

Sosa afirma que determinó el arresto domiciliario, después de que Nimia Moreira demandó de sus suegros un incremento de la pensión alimenticia que estaba acumulada al momento que estableció la medida.

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Lo hizo, según dice, basándose en la Ley reformatoria al Código de la Niñez y Adolescencia que aprobó la Asamblea Legislativa y que se publicó en julio del 2009 en el Registro Oficial Nº. 643.

Ella justifica que las medidas cautelares se aplicaron en este caso contra los abuelos quienes eran los demandados de forma directa por Moreira, ya que el padre de los menores vive en Venezuela desde 1992. “Yo no puedo dirigir la acción contra los hermanos (del padre de los niños) porque Moreira demandó a sus suegros”, acotó.

La ley determina que en caso de “ausencia, impedimento, insuficiencia de recursos o discapacidad de los obligados principales”, la autoridad competente ordenará que la pensión sea pagada en primera instancia por los abuelos, siempre que no sean discapacitados.

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La medida de arresto domiciliario se levantó después de que Mariano Zambrano, prefecto de Manabí y amigo de la familia, canceló los $ 116 que se impuso por pago de pensión alimenticia.

Ayer se clarificó que el lunes pasado la Policía entregó a los ancianos una citación para responder por el pedido de aumento de pensión y no una nueva orden de prisión.

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Sosa explicó que este proceso se inició en 1997 cuando Moreira demandó a Marco Cedeño Vera por la pensión alimenticia de dos menores.

Dentro de la demanda incluso se concretó el pago de pensiones alimenticias, según Sosa, quien agrega que los demandados cancelaron a Moreira una liquidación de $ 2.491,68, cantidad calculada entre julio de 1998 y enero del 2009.

Incluso, la jueza suplente interpuso una medida de embargo sobre una propiedad de los ancianos demandados para conseguir la cancelación.

“En ninguna parte del proceso consta que los abuelitos estaban enfermos y hasta pagaron solo con el afán de precautelar el bien”, justifica Sosa quien afirma que desde la muerte de Cedeño no logra conciliar el sueño.

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La asambleísta oficialista María Soledad Vela (PAIS) asevera que lo ocurrido debe conllevar a una reflexión en torno al tema. Ella promete que en los próximos diez días analizará el caso y hará una propuesta.

“Se buscó que la familia tenga responsabilidad para que la niñez no esté desprotegida. El tema de estos adultos mayores nos debe llevar a una reflexión para que ellos no se vean afectados”, acotó.

Mientras que Antonio Palma, delegado en Manabí de la Corporación Ecuatoriana de Defensa de los Derechos Humanos, dijo que presentará una queja ante el Consejo de la Judicatura por lo ocurrido.

“Desde que el anciano enfermo estuvo bajo arresto domiciliario, desde allí se violentaron sus derechos. La jueza debió mandar a estudiar la situación de los demandados y sabía que su edad sobrepasaba los 90 años”, argumenta Palma.

En tanto, el proceso contra Vera, la anciana que padece de cáncer, proseguirá por la demanda interpuesta por su nuera, Nimia Moreira, contra ella. Cirio Cedeño Vera, hijo de los ancianos, criticó al sistema judicial y dijo que la familia tratará de conseguir un abogado para que defienda a su madre y que pueda vivir sus últimos días en paz. “Espero que no le pase lo mismo que a mi papá”, dijo.

Textuales: Sobre el proceso
Gina Sosa
Jueza suplente de la niñez
“La Constitución me manda a hacer prevalecer el interés superior de los niños”.

Ciro Cedeño
Hijo de los ancianos
“Mi madre no tiene de dónde sacar dinero ni siquiera para sus medicinas”.