“Un libro guardado es como una medicina que no cura”. Esa frase la dice con ahínco María Paulina Briones. La destaca para concienciar a la ciudadanía lectora que “no saca nada” con tener archivados sus libros en una repisa o biblioteca, “que es mejor cuando otros los leen”.

Por esa razón, ella ha organizado una campaña que hoy se realiza por primera vez en Ecuador, pues ya ha recorrido varios países de Latinoamérica, siendo México su país de inicio, en el 2004. Se trata de la liberación de libros.

Briones, quien dirige el espacio cultural La Casa Morada, en Urdesa, refiere que esta propuesta la recibió hace poco más de un mes de uno de sus talleristas. “Me pareció estupendo, recibí la información por Facebook y de inmediato me contacté con los organizadores. Ahora Ecuador consta en la red de Libros Libres”, señala.

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Para impulsar esta propuesta, asegura que liberará libros muy importantes para ella, entre estos La casa de los espíritus, de Isabel Allende, El museo de la inocencia, de Orhan Pamuk, y Las cumbres borrascosas, de Emily Brontë, que tiene previsto dejarlos en el puente Urdesa y la cafetería Valdez

Indica que para participar solo hay que seleccionar libros (la cantidad que se crea adecuada) y dejarlos en cualquier sitio público, con la leyenda: “Soy un Libro Libre, me han dejado para que me leas y me vuelvas a liberar el próximo día 7 del siguiente mes en el lugar que desees. Cuando termines de leerme escribe abajo de este texto un mensaje para la siguiente persona que me encontrará”.

“No es obligación, es voluntad. Es un acto de entrega, de compartir un libro”, recalca.

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Esta campaña, asevera Briones, se efectuará los días 7 de cada mes, comenzado hoy. Luego pueden compartir la experiencia de esta actividad escribiendo al e-mail guayaquil@librolibreamerica.com.