Los indígenas decidieron anoche radicalizar las protestas en todo el país. Tras una reunión, la dirigencia anunció en el parque El Arbolito que continuarán en la capital y mantendrán los cierres de carreteras en las provincias, entre gritos que decían: “¡La unidad surgió, Correa se jodió!”.

El presidente de la Conaie, Marlon Santi, negó que exista un preacuerdo con el presidente de la Asamblea, Fernando Cordero, y aseguró que no se retirarán hasta que en el documento final de la Ley de Aguas se incluyan sus propuestas.

El fin de semana la dirigencia irá a las provincias para informar esas decisiones y el lunes habrán nuevas movilizaciones.

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“La radicalización de las protestas es el inicio de la desestabilización del Gobierno; hemos esperado pacientemente, pero si no hay respuestas, que después no se queje el presidente Correa”, dijo Luis Contento, vicepresidente de la Ecuarunari.

En la mañana, en un intento por ingresar al recinto legislativo, se dieron enfrentamientos en los que el teniente Juan Carlos Díaz fue retenido por la multitud, acusado de lanzar una de las bombas lacrimógenas. Después de quince minutos fue liberado.

Un grupo se trasladó a la av. 10 de Agosto, burló los controles e ingresó hasta las inmediaciones de la Asamblea. “¡No hay azúcar, no hay maíz, solo rateros de PAIS!”, era la consigna.

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Pasado el mediodía, un grupo de la Coordinadora de Defensa del Manglar entró a la fuerza por la Contraloría. Otros lograron retirar una barricada de metal. Los gendarmes lanzaron gas pimienta en la cara de los manifestantes para calmarlos.

A las 13:25, los enfrentamientos continuaron en la parte lateral de la Asamblea. Wilson Collahuazo, campesino de Machachi, fue herido con una bala de goma.