La exitosa marcha a Washington del domingo pasado abrió una ventana de esperanza a los doce millones de indocumentados y provocó reacciones diversas entre los ecuatorianos comprometidos con la reforma migratoria, mientras en el Congreso un influyente senador republicano advirtió que la reforma de salud obstaculizará la aprobación de un cambio en las leyes de inmigración.














