AFP-REDACCIÓN
LA HABANA.- Arriesgando la vida en el mar, aspirando a conseguir una visa de las que otorga Washington o saliendo por un tercer país, entre los que la novedad es Ecuador, miles de cubanos encarnan el viejo conflicto migratorio entre Cuba y Estados Unidos, 16 años después del acuerdo que trató sin éxito poner fin al drama de los balseros.

Muchos usan una nueva ruta justamente por Ecuador -que no les pide visa aunque sí una carta de invitación- y otros miles, varios puntos de la frontera con México y Canadá.

"Yo estoy loco por irme, este mismo mes", dice un joven de 20 años que trabaja de cocinero en La Habana y cuyos padres compraron por 400 dólares la carta de invitación a un ecuatoriano, que la envió desde Quito. En Cuba, en algunos casos, es necesaria una carta de invitación personal o institucional, cuando un cubano desea salir del país, pero la misiva, de alguna forma, debe garantizar el retorno del viajero a su país de origen.

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El drama migratorio de los cubanos  vuelve con fuerza al tapete por estos días, cuando los gobiernos de la isla y el de Estados Unidos reanudaron los diálogos sobre acuerdos migratorios.

Marta, técnica en computación de 22 años, se quiere ir para reunirse con su padre que se fue de balsero a Estados Unidos en 1994, y recuerda que más allá del negocio, la política o la economía, está el drama de la separación familiar, pues 1,5 millones de cubanos viven fuera de Cuba, la mayoría en Estados Unidos.

Liván, de 33 años y quien ocultó su nombre real, cuenta que perdió en el mar a su hija de tres años, llevada hace cinco años por la madre en una precaria embarcación que zozobró. La mujer y otros emigrantes a bordo fueron rescatados y ahora vive en Miami.

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"Hace un año yo intenté. Me embarqué en una lancha en la que íbamos 15, y los americanos nos interceptaron y devolvieron. Política y economía van de la mano: Quería libertad y dinero para vivir bien. No descarto tratar de nuevo, pero es una experiencia amarga", afirma.

El éxodo silencioso opera con una vasta red de traficantes -cubanos y mexicanos- que cobran entre 6.000 y 10.000 dólares, lo que pagó Liván para enviar a su mujer y niña.

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Él es uno de los cerca de 2.200 interceptados por guardacostas en el 2009 y que, en virtud de acuerdos firmados en 1994 por Cuba y Estados Unidos, deben ser devueltos. Los que llegan a suelo estadounidense, como la esposa de Liván, son aceptados.

Cuba acusa a Estados Unidos de seleccionar a la fuerza laboral más calificada, estimular el éxodo con la Ley de Ajuste (1966) que da a los cubanos residencia automática, en tanto que Washington culpa a La Habana por la situación económica y la falta de libertades en la isla.

Acuerdo
En virtud de un acuerdo entre los gobiernos de Cuba y EE.UU., quienes huyen de la isla y lograr pisar suelo estadounidense, no pueden ser regresados a la isla.

Cédulas cubanas
Según cubanos que viven en México, hay mexicanos que compran cédulas de identidad cubanas para ser acogidos con privilegios en EE.UU.

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