La intención de reformar los estatutos de la Universidad Central derivó ayer en una batalla campal entre estudiantes de los colegios Odilo Aguilar, Manuel María Sánchez, militantes del Frente Revolucionario de Izquierda Unida (FRIU), brazo político del MPD, y los decanos de las facultades integrantes del Consejo Universitario.

Los estudiantes irrumpieron en la sala de sesiones contigua al rectorado. Rompieron vidrios, destruyeron puertas del rectorado y vicerrectorado para ingresar a la reunión.

Los manifestantes, cubiertos el rostro con pañuelos, portando palos y gas pimienta, golpearon a quienes se atravesaban.

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Marcelo Rivera, presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEUE) tomó el micrófono ante el auditorio vacío y anunció que se suspendía la reunión del Consejo Universitario.

Cerca de 150 policías llegaron al lugar e intentaron controlar el caos y el enfrentamiento entre estudiantes.

El rector de la Universidad Central, Édgar Samaniego fue golpeado por encapuchados. Su terno y corbata quedaron manchados de sangre.

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Desde la clínica Pichincha, en donde se recupera, el rector recordó que durante la reunión la estudiante delegada de la Facultad de Filosofía, de apellido Toapanta, se comunicó por teléfono a pesar de que se pidió que los apaguen.

Agregó que después de unos minutos se produjo el ataque, “empezaron a golpear las puertas y yo suspendí la sesión. Rompieron puertas y vidrios e ingresaron por el vicerrectorado”, dijo.

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Samaniego indicó que los decanos sugirieron que escape por la ventana para estar a salvo. “Cuando intentaba salir, me persiguieron dos muchachos tapados el rostro, me dieron dos golpes. Uno de ellos con un palo en la cabeza. Dejaron de perseguirme cuando en la puerta de la universidad se presentaron cuatro policías”, acotó.

Hasta la tarde de ayer se preveía una decena de heridos, uno de ellos el estudiante Héctor Fierro, de la Facultad de Jurisprudencia, a quien lo golpearon en la cabeza y espalda.

El Consejo Universitario reunido desde las 8:30 analizaba la reestructuración del Tribunal Electoral para evitar los fraudes y manipulación de un partido político, señaló.

Otro punto era la reforma académica que incluía a los dos colegios anexos: el Odilo Aguilar y Manuel María Sánchez, dirigidos por la Facultad de Filosofía, principal bastión del Movimiento Popular Democrático (MPD); con la reforma se preveía que sean manejados por el rector de la Universidad.

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