No va a misa desde hace año y medio. Braulio Erazo, de 20 años, lo dice casi susurrando para no interrumpir lo que considera las peticiones que otros fieles realizan en La Catedral.

Está sentado junto a dos de sus amigos. No se siente católico, aunque asegura que una vez sí lo fue. Dice sentirse confundido y no sabe dónde encontrar la verdad. “He escuchado a los evangélicos, mormones y testigos de Jehová, pero ninguno me da una respuesta de cuál es el origen de Dios”.

Torres afirma creer en Dios, pero asevera no pertenecer a ninguna religión. Él integra el 20% de personas a las que  les son indiferentes las doctrinas en Latinoamérica, es decir, no son católicos ni son miembros de otra organización religiosa.

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Esta cifra se difundió en el 2007 durante la reunión del episcopado Latinoamericano y desde entonces no ha dejado de preocupar a los representantes de la Iglesia en Ecuador. En 1992, la apatía era del 12%.

La indiferencia hacia el Evangelio y la necesidad que siente la Iglesia de fortalecer el catolicismo en el país llevó  a que el pasado 22 de octubre la Conferencia Episcopal del Ecuador (CEE) decida que cada 29 de noviembre se celebre el Día de la Iglesia Católica.

Se escogió esta fecha con el objetivo de que no coincida con  celebraciones como la Semana Santa, Cristo Rey y Navidad.

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En el país, el 75% de los ecuatorianos afirma ser católico. Solo en Guayas y Santa Elena había 2’735.136 al 2008, según la CEE. Estos fieles asisten a las 1.223 parroquias atendidas por 1.226 sacerdotes y 502 religiosos. Si bien, la mayoría de católicos cumple los sacramentos, no practica los dogmas.

Christopher Eggleton, sacerdote de la iglesia Santo Domingo de Guzmán, menciona que una forma de recuperar a los fieles es enseñarles cuál es el significado de sus creencias, porque muchos saben que Dios existe, pero no tienen conocimiento que fundamente su fe.

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Por ejemplo, Hilda Mendoza, una católica de 67 años que se considera practicante, conoce que en la eucaristía se ofrece la hostia y el vino, pero no sabe explicar su significado, pese a que en todas las misas se dice que son cuerpo y sangre de Cristo.

Jóvenes como José Torres, de 18 años, conocen estos sacramentos, pero  no van a la iglesia. Él se confiesa católico, aunque el resto de su familia de seis integrantes se bautizó como evangélica. “Mi mamá es evangélica, pero sigue creyendo en Narcisa de Jesús”, dice Torres.

Esto sucede, según Antonio Arregui, arzobispo de Guayaquil, debido a la superficialidad de los fieles que no profundizan en las doctrinas cristianas.

De ahí que se haya emprendido la campaña ‘Somos Iglesia, cinco panes dos peces’, para formar a los católicos en temas como  ¿qué es la iglesia?, ¿cuál es su labor?, ¿qué es la eucaristía?, ¿qué hacen los laicos?

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Se la realiza mediante la entrega de 20 mil folletos para Guayas en las 195 parroquias.

También, en las iglesias, los sacerdotes han optado por salir en busca de los fieles. En  la parroquia San Lucas, en la etapa 3 de Mucho Lote, el clérigo Daniel Magallanes revolucionó la actividad de los fieles, dice Ana Herrera, habitante de este sector. Cuando llegó hace un año él buscaba a los jóvenes y a las familias para que se involucren con su iglesia. Su enseñanza aumentó la asistencia a misa.

Miguel Calero y Josúe Fajardo, de 17 y 19 años, ambos monaguillos, asisten a ella con regularidad. Fajardo quiere ser sacerdote. “Me animó a ir al seminario su enseñanza, es viva, no es teoría, va a la acción”.

Magallanes acepta que algunos religiosos se han quedado con los conocimientos básicos y no se actualizan,  por eso hay muchos católicos por tradición, pero no por convicción.

Él cree que los clérigos deben conocer las necesidades de sus feligreses e indagar cómo está su relación con Dios. En eso coincide Rodolfo Soledispa, director del Seminario Mayor en Guayaquil.  Para él quienes opten por el servicio a Cristo deben desarrollar un profundo amor  por Dios, pues de ahí nace el deseo de hacer una vida pastoral. “En ocasiones no hay  una verdadera  dedicación  a Dios”.

Esto es algo que se refleja en el ordenamiento de sacerdotes. Este año se dedicaron dos, pero en el 2008 fueron ocho.

Otra de las causas de la indiferencia a la religión es la falta de compromiso de los fieles.

Jessica de Scippa, del voluntariado de la Casa de la Vida, cree que a algunos católicos les falta comprometerse con su fe. “En lugar de fijarnos en las fallas de la Iglesia, en los escándalos que publica la prensa, debemos ser parte de la Iglesia”.

Esta falta de compromiso se da porque no se ha recibido una sólida formación en los sacramentos, sostiene Scippa.

Por ello sesenta niños reciben clases de catecismo en la iglesia Santo Domingo de Guzmán. Uno de los folletos pide memorizar las respuestas. Eggleton  explica que es solo una ayuda y que hay otros textos de consulta para razonar sobre su fe.

Otro problema es que ante la falta de conocimiento unos se aferran a los santos. Eva Plúas, de 48 años, dice que tiene fe en Gregorio Hernández, médico venezolano (1864-1919), a quien en una época se atribuyeron milagros. Ella lo llama San Gregorio, aunque no ha sido declarado beato por El Vaticano.  Cree que este salvó a su hijo.

Esto pasa –dice Eggleton– porque cuando se trajo la fe católica se  puso mucho énfasis en la devoción a la Virgen María, a los santos o a un Cristo del Consuelo. “Prevaleció más la devoción que los sacramentos de la Iglesia, entonces en la mente y en sus corazones es más importante la bendición del agua y la reliquia”, explica.

Cifras: Nueva división de la Arquidiócesis de Guayaquil
2’735.136 católicos  hay en  Guayas y Santa Elena.

618.301 fieles  integran la nueva diócesis de Yaguachi.

195 parroquias  conforman la Arquidiócesis de Guayas y Santa Elena.

42 integran  la de Yaguachi.

Textuales: Opiniones
Hilda Mendoza,
Católica
“Los evangélicos y Testigos de Jehová van en  la noche a las casas  a buscar fieles, por eso otros se van de la iglesia”.

Christopher Eggleton,
Sacerdote
“Hay que inculcar en las familias los sacramentos de la Iglesia católica para que los practiquen y enseñen a sus hijos”.