Unos 40.000 argentinos desafiaron el viernes pasado una lluvia por momentos torrencial para celebrar el regreso a los escenarios porteños del legendario rockero Charly García. El show  lo ofreció por su  cumpleaños 58 y como ceremonia de resurrección.

El esperado retorno de García, tras 15 meses de un duro  tratamiento de rehabilitación por adicciones a las drogas y el alcohol, colmó las expectativas de un público con ganas de corear clásicos en el recital más subacuático del mundo, según lo llamó el artista.

“Fuera lluvia”, gritó Charly a pocos minutos de haberse iniciado el show en el estadio de Vélez Sarsfield frente a una multitud dispuesta a resistir las inclemencias del clima, que hicieron bajar la temperatura entre la tórrida tarde y la fría medianoche de la primavera local.

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La tormenta obligó a desarmar las pantallas gigantes puestas a los costados del escenario y suspender los fuegos artificiales.

Vestido con pantalón, camisa y saco negros, que luego cubrió con un poncho claro, García interpretó El amor espera y Rap del exilio, para luego hacer estallar a los presentes con No soy un extraño y Cerca de la revolución.

Durante una hora y media, Charly y la sólida banda que lo acompañó desgranaron canciones, la mayoría clásicos, mientras los relámpagos que surcaban  el cielo iluminaban el estadio en el barrio de Liniers, de Buenos Aires.

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Tres veces salió al escenario; luego, media hora más de música y miles de personas entonando el Feliz cumpleaños en una celebración de varias generaciones de fanáticos.

“Quiero presentar a mi ídolo y maestro”, dijo Charly, y entonces apareció en escena Luis Alberto Spinetta, otra leyenda del rock argentino, para tocar a dúo Rezo por vos, tema que habían compuesto en los ochenta para un disco en conjunto que jamás se editó.

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Un Charly aletargado en sus desplazamientos, producto de la medicación que toma, se movió entre el micrófono y el piano, donde concentró su energía. También dirigió, como maestro de ceremonias, el multitudinario coro, ubicado en el césped y las plateas, zonas bautizadas para la ocasión con los títulos de sus discos, como Clics modernos, Parte de la religión y Piano bar.

Una postura casi inocente frente a las roturas de guitarras, los lanzamientos de micrófonos o las interrupciones abruptas de recitales que caracterizaban en los últimos años al mentor de grupos míticos como Sui Generis, La Máquina de hacer pájaros y Seru Giran.

Mientras no paraba de llover, iban pasando canciones como Fanky, No te animas a despegar, Demoliendo Hoteles, Promesas sobre el bidet, Adela en el carroussel, Canción de 2x3, coreadas por el público.

No faltaron otros clásicos como Yendo de la cama al living, Buscando un símbolo de paz, No me dejan salir, Raros peinados nuevos, Hablando a tu corazón, Me siento mejor, y el más reciente, Deberías saber por qué, ya convertido en hit.

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Faltaron otros incluidos en cambio en los shows de Perú y Chile, con los que dio el puntapié inicial a la gira Tengo que volverte a ver.

El artista  tiene previsto, como parte de su gira, presentarse el próximo mes, el 14 en  Montevideo (Uruguay), el 21 en Quito, el 25 en Guayaquil y  el 28 en Bogotá (Colombia). El 5 de diciembre dará otro show en Argentina (Rosario).

Del show ofrecido por García el viernes pasado, los diarios se hicieron eco. “Emotivo regreso de Charly”,  tituló el sábado el Diario Popular en su
portada.

Según el diario Clarín, el mítico músico  volvió una noche, cantó bajo la lluvia y emocionó a todos. Ante un estadio rendido a sus pies, demostró por qué sigue siendo una estrella de rock, destacó en una de sus páginas el diario Perfil.