El pigio, un árbol que puede alcanzar los 30 metros de altura, cuyas extensas ramas cargadas de flores contienen un fruto parecido a la nuez, es una de las especies de las que se alimenta el papagayo de Guayaquil y el único sitio utilizado por estas aves para anidar.

En el bosque de Cerro Blanco, por la tala indiscriminada años atrás, se calcula que existen unos 20 por cada hectárea de las 6.078 que tiene la zona protegida, caracterizada por ser un bosque seco diferente al de otros países sudamericanos, por sus especies endémicas en flora y fauna como el papagayo de Guayaquil o guacamayo verde mayor.

En un hueco cavado en  un pigio en la última etapa de vida, el papagayo hembra pone hasta dos huevos entre julio y agosto y los incuba por 26 días. Mientras,  el macho  busca comida.

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A medida que crece el  polluelo, la hembra acompaña al macho por periodos prolongados, pero siempre vigilando que no se acerquen depredadores al nido, como gallinazos o halcones montés. Aunque una de las principales amenazas es la deforestación y tala de estos árboles utilizados para  nidos.