En medio del frío mañanero, a 2.800 metros sobre el nivel del mar y cerca de la cima del cerro Boca de Pescado, al noroccidente de Cuenca, las tareas de la familia Juárez Guamán empiezan a la madrugada. Tienen que alimentar a 60 polluelos, que adquirieron hace más de quince días y que permanecen en un galpón de adobe, con calor artificial, junto a la vivienda.