Si un gran número de bares y discotecas conforman la alegre y farrera Zona Rosa –cuya principal vía es la avenida Rocafuerte–, hay que tener presente que, desde hace muchos años, la calle Lorenzo de Garaycoa, desde Luque hasta Colón, conocida como La Lagartera, es la Zona de la Serenata.

Ya en 1936, el español F. Ferrándiz Alborz expresaba en su libro 25 Estampas de Guayaquil: “Quien haya oído a altas horas de la noche un sereno bajo los portales de Guayaquil, y tenga sensibilidad de artista, indefectiblemente se queda en Guayaquil para siempre”.

Todas las noches del año: llueva, truene o relampaguee –aunque rija la Ley Seca, como este fin de semana,– a partir de las 18:00, hasta el amanecer, las aceras y portales de La Lagartera acogen a esos artistas bohemios que, con sus voces acompañadas de guitarras, requintos y maracas, están prestos a arrullar la noche con románticas canciones.

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Al fragor de esos acordes llegan sus clientes: enamorados, desesperados por conquistar a una mujer o por recuperar a un amor que se aleja. También para animar fiestas y actos de diversos tipos.

En la esquina de la calle Sucre –a pocos metros de la estación de la Metrovía–  el cantante Joe Paredes Reyes, mientras percute las semillas de sus maracas, cuenta que La Lagartera nació en la avenida Quito y Clemente Ballén, y debe su nombre a que los músicos se ponían junto a una pileta adornada con unos pequeños y esculturales lagartos del parque La Victoria.

Luego los artistas se desplazaron a Lorenzo de Garaycoa y Luque –en los bajos de la antigua sede del Sindicato de Músicos del Guayas– y con el tiempo se extendieron a la calle Colón. En esos portales noctámbulos actuaron artistas de la talla de Julio Jaramillo, Olimpo Cárdenas, Lucho Bowen y músicos como Ney Moreira, Lucho Silva, etcétera. “Nos vienen a contratar de todas las clases sociales, pobres y ricos”, comenta Paredes. Señala que un artista para trabajar en La Lagartera debe dominar todos los géneros: pasillo, bolero, vals, tango, vallenato y hasta bachata.

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El músico Jorge Coronel, que desde hace 34 años se ubica en la calle Luque, apunta que los contratos son por serenata o por hora. “Ahorita un trío por tres canciones cobra $ 60”, pero este puede variar. En La Lagartera todas las noches hay un motivo para una serenata. Se celebran cumpleaños,  conquistas o desilusiones amorosas.

Cuando son buscados para serenatas de reconciliación, interpretan Triunfamos o el famoso Nuestro Juramento, de Julio Jaramillo, pero aseguran que el tema infalible es Perdón: Perdón, vida de mi vida/ Perdón, si es que te he faltado/ amorcito mío... Hoy, como ayer, mientras exista el amor, La Lagartera es la Zona de la Serenata Romántica de Guayaquil.