Una mendiga de Madrid
Caminaba yo por la Gran Vía de Madrid, cuando avisté a una señora bajita, de piel pálida, bien vestida, pidiendo limosna a todos los que pasaban.
Publicidad
Caminaba yo por la Gran Vía de Madrid, cuando avisté a una señora bajita, de piel pálida, bien vestida, pidiendo limosna a todos los que pasaban.
Una mendiga de Madrid
Caminaba yo por la Gran Vía de Madrid, cuando avisté a una señora bajita, de piel pálida, bien vestida, pidiendo limosna a todos los que pasaban.
Publicidad
¿Tienes alguna sugerencia de tema, comentario o encontraste un error en esta nota?
Es comprensible que se intente aprovechar el efímero tiempo de vida de las alianzas legislativas, pero hay que aceptar que la desesperación es mala consejera.
Publicidad