La ministra de Salud, Caroline Chang, confirmó ayer el primer contagio del virus AH1N1 (gripe porcina) en el país, en un adolescente de 12 años, de noveno año de básica del colegio Americano de Guayaquil.

El joven JJP, que permaneció siete días en Miami y llegó el pasado domingo, fue atendido en el Hospital de Infectología por presentar problemas respiratorios. Luego de 48 horas fue dado de alta con la recomendación de que se mantenga en aislamiento domiciliario. Sin embargo, sus padres lo enviaron el miércoles al plantel.

El Ministerio de Educación dispuso la suspensión de las clases en ese colegio por ocho días, lapso en el cual los alumnos deberán permanecer en sus casas como medida de prevención.

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“No podrán participar en actividades masivas ni asistir a centros
comerciales”, fueron, entre otras, las recomendaciones de la
subsecretaria de Educación, Mónica Franco.

Mientras, el Ministerio de Salud llamó a la calma y recalcó que el virus “importado” no está circulando en el país. También ordenó la creación de un cerco epidemiológico para delimitar la zona de posibles contagios.

La noticia provocó preocupación en padres y ciudadanía, lo que disparó la venta de mascarillas.

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Virus llegó de EE.UU.
El adolescente enfermo llegó la noche del 10 de mayo en un vuelo de Aerogal. Al siguiente día acudió con su madre al hospital de Infectología de esta ciudad por presentar síntomas de infección respiratoria.

Ahí permaneció por 48 horas y “dado que la evolución fue bastante favorable y ante el pedido de la madre”, según la ministra de Salud, Caroline Chang, fue dado de alta con las recomendaciones de aislamiento domiciliario. Pero, las medidas no se adoptaron y acudió el miércoles al plantel, donde estuvo hasta las 10:30. El caso resultó positivo en el Instituto Nacional de Higiene y deberá ser reconfirmado en un laboratorio de Atlanta.

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“Estoy asustada, me dieron una circular (con las recomendaciones) pero no la he leído porque lo que quiero es salir de aquí”, señaló María Vera mientras se retiraba presurosa con su hija que estudia primer año de básica.

Como ella decenas de padres de familia llegaron al colegio en busca de sus hijos. Unos acudieron tranquilos, pero otros corrían desesperados o entraban presurosos. Adentro los estudiantes esperaban en el patio. Algunos jóvenes cubrían sus rostros con mascarillas, chompas o pañolones de colores.

“Adentro se respira un ambiente muy tenso. Estoy realmente preocupado”, indicó Luis Ramos, padre de un niño de cinco años de prekinder.

“Estoy tranquilo porque tengo buenas defensas y no me va a pasar nada”, señaló Jorge Terán, alumno de cuarto año de básica que cubría su rostro con un pañuelo lila.

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Un equipo del Instituto de Higiene ingresó en un vehículo al colegio, para –según indicaron varios jóvenes– efectuar pruebas a los 24 compañeros del adolescente enfermo.