El resultado de las elecciones nos revela un país dividido casi por la mitad. Si el proyecto de PAIS pretende ser uno inclusivo, necesitará incluir a los ciudadanos que no lo respaldaron en estas últimas elecciones, es decir alrededor de la mitad de los que votaron. ¿Cómo hacerlo? Dialogando con los únicos representantes políticos de varios de los que no comulgan con PAIS, aunque estos no sean del gusto y agrado del huésped de Carondelet.
Al presidente Correa le vendría bien seguir el ejemplo del presidente Obama, quien a pesar de no estar de acuerdo con la manera de gobernar de los hermanos Castro ni del presidente Chávez, está dispuesto a dialogar con ellos. Si Obama puede conversar con Raúl Castro, heredero del trono de Fidel, ¿por qué Correa no puede dialogar con Lucio Gutiérrez, Álvaro Noboa y Martha Roldós?

Según el Consejo Nacional Electoral hay 10’529.765 electores en el país. Con 77,81% de las actas escrutadas (información a mi disposición al momento de escribir este artículo), 773.918 de ellos votaron nulo o blanco. Pero las  reglas del juego electoral ignoran la decisión de los que votan nulo o blanco, alrededor de un 12,5% de los que votaron el domingo están siendo ignorados. Votar nulo o blanco es una manera de desconocer el proceso electoral y demostrar descontento por las opciones que se presentaron. Bajo las reglas, usted será ignorado si quiere hacer esto. El sistema le presenta la opción de escoger un candidato o desperdiciar su voto.

Esto distorsiona las preferencias del electorado. Mientras que los titulares de ayer y el lunes decían que el Presidente obtuvo un 51,8%, se olvidaron de aclarar que obtuvo 51,8% de aquellos que  votaron por un candidato  pero solamente 45,3% del total de los electores que acudieron a las urnas (considerando los votos nulos y blancos).

¿Por qué es importante este detalle? Porque algunos por ahí, como José Miguel Insulza, el secretario general de la Organización de Estados Americanos, andan diciendo que los resultados revelan “el mayoritario apoyo que el electorado ecuatoriano ha brindado a su proyecto político (Correa)”. La realidad es que los resultados revelan que el apoyo del electorado al proyecto de PAIS ya no es mayoritario, puesto que solo obtuvo el respaldo de 45,3% de todos los que sufragaron (cabe recalcar que esta reducción en porcentajes también se aplica a los demás candidatos: por ejemplo, Gutiérrez no obtuvo el anunciado 28% sino solamente 24,4%). Visto de otra manera, 54,6% de los que votaron decidieron respaldar cualquier otra cosa que no sea el proyecto de Correa.

El país no puede progresar si los ecuatorianos están cada vez más polarizados. Por eso es verdaderamente preocupante que el recién reelegido presidente haya declarado que no va a dialogar con los representantes de los únicos partidos políticos de oposición con votación significativa que todavía existen en Ecuador y además que va a radicalizar un proyecto que ya no cuenta con el apoyo de la mayoría del electorado.