“Carlos Vera dijo que iba a renunciar si no le arreglaban el  adminículo”. “Carlos Vera vuelve el lunes”. “Carlos Vera renunció”. Unos lo adoran, otros lo detestan. Es bandera y trapo. Pero ahí está, haciendo que los perros ladren. La entrevista con Ortiz fue el clímax de este capítulo. Un cara a cara de los entrevistadores que peleaban por el rating de la mañana. Más allá de las respuestas y las preguntas, estábamos viendo un “es lo que hay” en entrevistadores de política. Y ese es el primer punto que quiero tocar en esta columna. Creo que la repercusión que ha tenido la salida de Carlos Vera de Ecuavisa es un síntoma de lo pequeño que es el panorama de entrevistadores relevantes de nuestra televisión.