Javier Vásconez atraviesa por días muy favorables: la editorial Veintisieteletras, de Madrid, publicará una selección de sus cuentos, ha terminado su reciente novela Retrato del ensimismado y también un proyecto para publicar obras de autores ecuatorianos en Alfaguara de España.

Reconoce que los últimos días han sido muy intensos, pero de un trabajo emocionante, ya que estar dedicado a tiempo completo a lo que es su pasión: escribir, lo mantiene con el ánimo arriba y con muchas ganas de mostrar al público sus últimas producciones.

¿Lo emocionan sus nuevos trabajos?
Estoy entusiasmado por la publicación en la editorial Veintisieteletras de mi colección de cuentos   Estación de lluvia.  El libro va con el prólogo del escritor argentino-español Horacio Vázquez Rial, y se presentará en Madrid, el 6 de mayo, en la Casa de las Américas.

¿Están todos sus cuentos?
No. Es una selección. Los he corregido y en algunos casos los he vuelto a escribir. Es la primera vez que va a salir en España. Y también es la primera ocasión en que saldrá como una colección. Es un libro bastante grande.

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¿Cómo se dieron las cosas para hacer esta obra?
El año pasado estaba trabajando en mi novela  Retrato del ensimismado, que ha sido entregada a un par de editoriales españolas. Este año me contacté con la editorial Veintisieteletras, cuya editora, Viviana Paletta, me escribió que estaba interesada en publicar una selección de mis cuentos. Le pregunté cómo me conocía y me contó que había leído algunos de mis libros y también por la página web. Entramos en contacto y concretamos la publicación de los cuentos.

¿En qué momento usted decidió reescribir los cuentos?
Son veinte años de haberme adentrado en la narrativa breve. Y en este tiempo, muchos cuentos no habían sido vueltos a leer. Pero, aprovechando esta magnífica edición, decidí corregirlos minuciosamente e, incluso, en algunos casos hasta reescribirlos. Creí que debía hacerlo. Soy muy cuidadoso en la cuestión estilística y en otros detalles.

¿Dónde nace el título de Estación de lluvia?
En casi todos mis libros hay la recurrencia de la lluvia. Quito es una ciudad lluviosa y nos incita al sueño. Además, la palabra estación posee distintas connotaciones: estaciones de autobuses, de trenes, lo que también es una recurrencia en mis libros. El viaje es entendido no solo como una fuga, sino también de cambios y de búsquedas interiores. Por todo esto pienso que le iba bien el título a un libro que reúne mis cuentos selectos.

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Usted ha sido un viajero incansable.
He viajado bastante durante mi vida; creo que viajar es una de las formas más interesantes de descubrir al género humano, de entender otras culturas y otras latitudes, otras lenguas y otras literaturas. El viajar me ha ayudado mucho a escribir mis libros, por haber conocido desde África hasta Europa.

¿Y también es un viajero a través de la imaginación?
Soy un viajero que vuela a partir de los libros, a partir de las lecturas. No hay viaje más interesante, más fascinante, que el viaje que se hace a través de un libro. Eso de estar sentado en un sillón, en un cuarto de hotel, en el salón de tu casa, y de pronto empiezas a viajar a partir de lo que estás leyendo y entras en contacto con un hombre o una mujer que está caminado en París o en Nueva York o en Marruecos. Este tipo de viajes que ofrecen los libros son tan fascinantes, tan intensos, como los viajes que uno hace en la realidad.

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¿De esos viajes suyos nace el proyecto de publicar cuentos, novelas y poesía de autores ecuatorianos en España?
Sí. A comienzos del año pasado, en un viaje que hice a Madrid a un congreso de escritores, hablamos con el director general de la editorial Alfaguara, Francisco Cuadrado, a quien le sugerí la posibilidad de editar una serie de libros ecuatorianos. Le pareció una muy buena idea y tanto él como Juan Rodríguez Álvaro, también editor de Alfaguara, aceptaron la propuesta. El proyecto fue apoyado incondicionalmente por Fernando Rebilla y María Fernanda Heredia, representantes de Alfaguara en Ecuador y, por supuesto, por el ministro de Cultura anterior, Galo Mora. Así iniciamos esta aventura con Yanko Molina, editor asistente del proyecto. En cuatro meses lo sacamos adelante.

¿De qué consta el proyecto?
Son diez novelas contemporáneas, una antología de poesía que va con un prólogo del poeta Iván Carvajal y una antología de cuentos, con un prólogo de Mercedes Mafla. En poesía también trabajó Raúl Pacheco.

¿Cómo se realizó la selección de los textos?
De distinta manera: hicimos consultas con profesores, críticos, bibliotecarios y hasta con algunos lectores a quienes yo respeto mucho. No fui solamente yo quien hizo la selección de los cuentos, de las novelas y de los poemas. En el caso de la poesía, tanto Iván Carvajal como Raúl Pacheco trabajaron en ello como tres meses en forma intensa, imparable. Lo mismo ocurrió con los cuentos. Para la selección de las novelas se hicieron consultas con distintas personas, tomando en cuenta, en primer lugar, la calidad de los textos, pero también el género y que sean escritores de distintas regiones del país. Lo que es unitario es que son autores nacidos alrededor de los años cuarenta; bueno, eso nos sugirieron en España. En un comienzo eran dieciséis novelas, pero en España nos dijeron que era muy difícil comercializar de golpe dieciséis novelas. Acordamos que serían diez.

En otro tema, ¿cómo se siente al haber terminado su reciente novela, Retrato del ensimismado?
Esta novela me ha tomado veinte años añejarla y al fin encontré el tono para escribirla, y eso ocurrió hace dos años. Es un niño quien cuenta la historia muchos años después, es decir, cuando se ha transformado en un adulto. Es un niño epiléptico que se interna por la vida de una ciudad, por los acontecimientos históricos, por las cuestiones políticas relacionadas con su padre y por una serie de sucesos ocurridos a finales de los cincuenta y comienzo de los sesenta.

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¿Dónde nació este título?
Los títulos son siempre subjetivos. Pero desde el comienzo yo supe que esta novela se iba a llamar así: Retrato del ensimismado.

Perfil: Javier Vásconez
ORIGEN Y ESTUDIOS
Javier Vásconez nació en Quito. Realizó estudios secundarios en Inglaterra, Italia y Estados Unidos. Continuó su carrera universitaria en España y Francia.

TRAYECTORIA
Ha sido colaborador, promotor y editor de revistas y suplementos culturales.  Fue editor y director de Ediciones Librimundi, en Quito.

ALGUNOS RECONOCIMIENTOS
En 1982, Ciudad lejana resultó finalista en el género cuento del Premio Casa de las Américas, en Cuba. Su cuento Angelote, amor mío fue  premiado en la revista Plural, de México, en 1983. En 1989 publicó en Ediciones Librimundi El hombre de la mirada oblicua. Con este libro obtuvo en 1990 el premio Joaquín Gallegos Lara, otorgado por el Municipio de Quito al mejor libro del año.