La legendaria banda británica de rock Iron Maiden fue el delirio de cerca de 20 mil personas que llenaron la noche del martes pasado el estadio del Aucas (también llamado la Caldera), en Quito, durante su presentación inédita en Ecuador.

El tour, Somewhere back in time, que recorre el mundo desde el 1 de febrero de 2008, llegó a la capital con toda su infraestructura para brindar a los asistentes un espectáculo que fue el deleite de los roqueros ecuatorianos, quienes llegaron desde distintos puntos del país para fundirse en el show.

A las 21:10 se apagaron las luces y en las pantallas laterales del escenario apareció el Ed Force One, avión que acompaña al grupo, y se proyectaron imágenes de la gira.

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Tras un breve silencio se escuchó Churchill's Speech, al tiempo que se encendieron las luces, con lo que se dio inicio al espectáculo. Steve Harris (bajista), Bruce Dickinson (vocalista), Dave Murray (guitarrista), Janick Gers (guitarrista) y Niko McBrian (baterista) demostraron que, a pesar del tiempo transcurrido desde la creación de la banda en 1975, Iron Maiden es una religión para los amantes del heavy metal.

La voz de Dickinson con el tema Aces high fue la detonante para la euforia de un público ávido por escuchar los mejores temas del sexteto inglés. Luego de interpretar Wrathchild y 2 minutes to midnight, el vocalista del grupo señaló estar “complacido de visitar Quito por primera vez”.

El público respondió al grito de “Ole... Ole... Maiden”, y en la pista principal pasearon un bandera negra con la leyenda “Welcome Iron Maiden”, mientras Dickinson se tomó un descanso en el centro del escenario. Con un gran manejo de escena, Dickinson pidió: “Scream for me Quito, scream for me Ecuador” (Grita para mí Quito, grita para mí Ecuador) y la fanaticada respondió sin dudar, lo que fue recompensado con un gran derroche de energía sobre el escenario.

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El desgarrador sonido de las guitarras y el bajo fue suficiente para provocar la locura y cada interpretación estuvo acompañada por el coro de la audiencia. La escenografía montada para el espectáculo, estructurada en base a motivos egipcios, fue pieza fundamental para el éxito de la presentación.

La indumentaria negra y el cabello largo, dominante en la mayoría de asistentes, fueron el complemento perfecto para acompañar temas como Children of the dreamed, Wasted Years y The trooper, que estuvo acompañada en escena con el flamear de una bandera de Inglaterra. Pirotecnia, juegos de luces en todo el escenario y en el fondo los telones que se intercambiaban en cada uno de los tema de la banda, al igual que la vestimenta utilizada por Dickinson, causaron delirio en el público.

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El clímax llegó cuando apareció en escena Eddie, la mascota de La doncella de hierro, un cyborg que se paseó por el escenario acompañado de pirotecnia. A pesar de su fugaz presencia, durante dos minutos en el tema Iron Maiden, el público lo disfrutó igual.

Con un “Muchas gracias Quito”, el sexteto inglés salió del escenario, pero ante la insistencia del público, el show continuó.

Con su retorno se escuchó uno de sus más tradicionales temas: The number of the beast, que seguido de The evil that men do y Sanctuary pusieron fin a un concierto de adrenalina pura. Por cerca de dos horas y con un repertorio de 17 canciones extraídas de su álbumes producidos en su mayoría entre 1980 y 1984, como The number of the beast (1982) y Powerslave (1984), Iron Maiden fue amo y señor de la fría noche quiteña y de los miles de fanáticos que, poseídos, se rindieron a su estridente sonido metalero.

Lauren Harris, hija del bajista Steve Harris, abrió  el concierto. Descalza y vestida de negro por 30 minutos presentó  su álbum hard rock Calm before the storm (2005). El público que desconocía sus temas la acompañó con las palmas, en señal de aprobación.

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Filme
Iron Maiden llegará en abril próximo al cine con Vuelo 666, un documental sobre sus vivencias durante la gira Somewhere back in time.

Álbum
En el 2010 el grupo británico grabará un nuevo disco.  Aseguraron que en el 2011 traerán un nuevo concierto a Ecuador.

Excesos
Fanáticos que pretendieron ingresar gratis al concierto de Iron Maiden se enfrentaron a la Policía. No hubo detenidos.