El Gobierno del presidente Evo Morales afirmó ayer que si Estados Unidos no respeta la política de “revalorización” de la hoja de coca, reconocida en la nueva Constitución de Bolivia, puede dejar de cooperar en la lucha contra las drogas.

Morales -líder de los cosechadores de coca que poseen unas 28.900 hectáreas, terceras de la región después de Colombia y Perú- incluyó en la nueva Carta Magna un artículo que declara a la coca “patrimonio cultural” y obliga al Estado a impulsar su “revalorización, comercialización e industrialización”.

El Departamento de Estado de EE.UU. en su informe señaló ayer que en Bolivia se ha incrementado los cultivos de coca y la fabricación de cocaína, por lo que pidió a Morales expandir la erradicación de cultivos, eliminar nuevas plantaciones y mejorar esfuerzos para la interdicción de drogas ilegales y precursores químicos en todo Bolivia.

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El cultivo de la coca es permitido en algunos lugares de Bolivia debido a que la planta es considerada sagrada en la cosmovisión de varios pueblos andinos, que mastican cotidianamente sus hojas y las usan con fines medicinales y rituales.

EE.UU. facilita anualmente unos 120 millones de dólares para tareas antinarcóticos (logística, inteligencia y erradicación de cocales). 

Las relaciones entre La Paz y Washington están en su mayor crisis tras la decisión de Morales de expulsar en septiembre al embajador estadounidense, acusándolo de promover una conjura contra su régimen.