El presidente del directorio del Banco Central, Carlos Vallejo, defiende las ventajas de hacer negocios con el Banco de Desarrollo y Exportaciones de Irán (EDBI, por sus siglas en inglés), pese a que ha sido identificado por Naciones Unidas y EE.UU. como parte de  instituciones que podrían financiar actividades nucleares iraníes.

El convenio de cooperación bancaria firmado por ambas entidades en diciembre pasado es parte de una política de diversificación de mercados para el comercio exterior, según  Vallejo. Pero se suscribió en un contexto de sanciones y advertencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y del departamento del Tesoro de EE.UU. en contra de Irán y sus instituciones financieras.

El 3 de marzo del 2008 (mediante resolución 1803) el Consejo de Seguridad de la ONU pidió a todos los estados miembros “mantenerse vigilantes respecto a las actividades que las instituciones financieras de su territorio mantienen con todos los bancos domiciliados en Irán, en particular con el Banco Melly y el Banco Saderat, sus sucursales y filiales en el extranjero”.

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Como antecedentes hay dos resoluciones de la ONU del 2006 y  2007  contra  Irán, debido a que la Agencia Internacional de Energía Atómica no pudo certificar el carácter pacífico del programa nuclear iraní.

Pocos meses después en  Caracas se instaló  un nuevo banco con siglas iguales al Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Pero es el Banco Internacional de Desarrollo C.A.

Según un comunicado de la embajada de EE.UU. en Venezuela, esa entidad era presuntamente de propiedad o estaba bajo el control del EDBI.

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El subsecretario para el Terrorismo y la Inteligencia Financiera en EE.UU., Stuart Levey, expresó que ante las sanciones y rechazo “Irán ha optado por la estrategia de utilizar instituciones menos prominentes, como el Banco de Desarrollo y Exportaciones, para manejar sus transacciones ilícitas”.

Según  autoridades estadounidenses, EDBI da servicios financieros a múltiples entidades subordinadas al Ministerio de Defensa y de Logística de  Irán, para realizar avances en los programas de construcción de armas de destrucción masiva.