Lleva tres meses sin trabajo, no tiene subsidio de desempleo y sus ahorros solo le alcanzan para aguantar dos meses más en una habitación compartida en la capital española.

Pese a todo, el ecuatoriano Neftalí Cifuentes descarta acogerse al Plan de Retorno Voluntario del Ministerio español de Trabajo e Inmigración. Sabe que está en el límite pero no pierde la esperanza de que la situación mejore.

En toda España, casi 200.000 personas pidieron acogerse a las prestaciones por desempleo en enero, elevando a más de 3’320.000 el total de desocupados en el país. Es la cifra más alta desde que en 1996 el Ministerio de Trabajo comenzó a publicar esta serie estadística.

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“Trabajaba en la construcción pero ya no hay nada. Estoy haciendo cursos de lo que sea para ver si sale otra opción: informática, geriatría, hasta me he metido a un taller de costura pero nada. Quiero agotar hasta la última posibilidad. Mi familia depende de mi trabajo en España. Lo que consiga aquí será mejor que lo que me espera allá”, comenta Cifuentes con tono melancólico.

Durante este invierno ha pasado algunas noches en albergues de acogida. “Me puse un plazo de seis meses. Después tomaré una decisión”, agrega.

Dos meses después del lanzamiento del Plan de Retorno Voluntario del gobierno español, la respuesta se diluye en una cifra: 1.400 inmigrantes retornados, la mitad ecuatorianos.

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Las palabras del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, parecían predecir una avalancha de solicitudes: “Esperamos que unas 100.000 personas se acojan al retorno”. Pero no fue así. Los inmigrantes se han atrincherado.

Raúl Jiménez, de la Asociación de Ecuatorianos Rumiñahui, opina que el plan ha sido un fracaso desde el comienzo.

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“Al comienzo sí se acercó mucha gente pero se arrepintieron cuando leyeron la letra pequeña. Si te marchas te pagan el subsidio de desempleo –si tienes derecho a él– pero también pierdes la residencia y el permiso de trabajo. Además hay personas que tienen deudas aquí, que no pueden salir de un día para otro”, agrega.

Quien se acoge al plan recibe el 40% del subsidio en España y el 60% en su país de origen (20 países que tienen acuerdos recíprocos con España en materia de Seguridad Social).

El plan contempla el abono acumulado y anticipado de la prestación por desempleo, siempre que se tenga derecho al mismo a través de los servicios estatales.

El promedio de dinero abonado no supera los 14.000 dólares, según cifras del ministerio.  “Obviamente no puedes plantearte un proyecto de vida con esa cantidad. Por eso la gente prefiere aguantar. Sus sueldos en España son mucho mejores que en sus países de origen. Si se marchan también renuncian a esa posibilidad”, comenta Jiménez.

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El presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Ecuatorianos en España (Fenadee), Santiago Morales, considera que medidas como el plan de retorno generan mucho temor, ya que el inmigrante lo interpreta como una expulsión encubierta.

“El gobierno no solo debe centrar sus políticas en la conveniencia o no de los inmigrantes sino en recordar que los extranjeros han sido indispensables en los años de crecimiento”, agrega.

Apuntes: OPCIONES
Plan español
Además del Plan de Retorno que impulsa el Gobierno español existen otros que facilitan el regreso de inmigrantes.

Programa OMI
Uno de ellos es el programa de la Organización Internacional para las Migraciones (OMI), que ayuda con el pasaje de regreso del migrante y un solo pago por la  pequeña cantidad de $ 150,  aproximadamente, y el Plan de Retorno para Personas en Estado de Vulnerabilidad.

Senami
Este último lo financia la Secretaría Nacional del Migrante (Senami), del Gobierno ecuatoriano, con sede en Madrid.