Las profesiones clásicas se prefieren a las tecnologías, que son las que piden empresarios.

La fila en la Facultad de Ciencias Administrativas de la Universidad de Guayaquil era el lunes pasado una de las más largas. Casi un centenar de bachilleres pugnaban por un cupo para ser -tras cinco años de estudio- ingenieros comerciales, contadores y afines.

Amanda Vera, Cristina Cedeño y Zaira Barco, graduadas del colegio fiscal Durán, aspiraban estudiar marketing, una carrera que les parece  interesante. Al mediodía de ese lunes, ellas esperaban, sin almorzar, que las empleadas de la facultad reciban sus documentos.

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Esta unidad académica, la de Ciencias Sociales y la de Educación -que ofertan las carreras de abogados y docentes- son las que más profesionales producen cada año en el país. Según datos del Consejo Nacional de Educación Superior (Conesup), a septiembre del 2008, estas áreas concentraron el 67% de los 26.372 graduados.

En la Universidad de Guayaquil, afirma su vicerrector académico José
Apolo, se revisan los perfiles de todas las carreras -un total de 80 en
ese recinto- y en ese proceso se consultará a la empresa privada y a la
comunidad.

“Los resultados se verán a mediados de año. Estamos
conscientes que es necesario vincular a los profesionales con los
requerimientos de la empresa privada”, dice el vicerrector del alma
máter.

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Bachilleres prefieren las profesiones tradicionales
El año pasado se graduaron más de ocho mil ingenieros, cinco mil abogados, cuatro mil docentes y dos mil médicos en Ecuador, según el Conesup.

Esta tendencia contrasta con la saturación de profesionales en algunas carreras, según dirigentes gremiales. En el área de Medicina, por ejemplo, manifiesta el presidente de la Federación Médica Ecuatoriana, Eduardo Camacho, “hay unos 30 mil médicos, pero solo 18 mil tienen trabajo”. “La oferta laboral no llega a 50 cargos al año. En base a la autonomía universitaria no se puede condenar a estudiantes para que después de siete años no logren una plaza de empleo”, agrega.

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La carrera de abogados -indica el vicepresidente de la federación nacional que los agrupa, Vethowen Chica- también está saturada. Según los registros de la federación, hay unos 50 mil expertos en derecho, pero una gran parte no ejerce el cargo.

Se precisan tecnólogos
La tendencia de preferir carreras clásicas contrasta también con las necesidades de tecnólogos, especialistas en agricultura, minas y petróleo que demanda el país, dicen empresarios consultados, que recalcan  la condición del Ecuador como productor petrolero y analizan el impulso minero hacia donde apunta la economía del país. Además, el año pasado, según el Conesup, se graduaron 3.637 en el área de las tecnologías y 1.230 en agricultura.

“Se necesitan tecnólogos para la industria alimentaria, en metal mecánica, expertos en reparación de maquinaria, quienes se gradúen en eso tendrían un mercado laboral exclusivo para ellos”, afirma Renato Carló, presidente de la Cámara de la Pequeña Industria de Guayaquil.

Carlos Rivadeneyra, de la Cámara de la Pequeña Industria de Quito, coincide con Carló. “Más que el enfoque profesional, la necesidad es de tecnólogos en niveles operativos, en el campo electrónico”, explica.

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Luis Poveda, asesor laboral de la Cámara de Industrias de Guayaquil, agrega que por la tecnificación de este sector se requieren cada vez más especialistas de la industria textil, embotelladora o de metales como el hierro y el aluminio.

No obstante, estas áreas y otras relacionadas con la minería y el petróleo registran menor preferencia entre los bachilleres. En el curso preuniversitario este año hay unos 300 inscritos en la Facultad de Ciencias de la Tierra del Alma Máter, es decir el 10% de los que se apuntaron para Medicina.

En la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Guayaquil, tres alumnos, de cinco matriculados, reciben clases de Petrología Sedimentaria,  materia de la carrera para ser geólogo ambientalista.

Kléber Almache, de 21 años, quiere ser geólogo porque ese campo laboral -expresa- es menos competitivo y más rentable. “Puedo trabajar para una compañía minera, una transnacional o uno mismo empezar a minar alguna zona”, comenta.

Nuevas tecnologías
María Auxiliadora Coronel, de 18 años, estudia el primer semestre de Electrónica y Telecomunicación en la Espol, para especializarse en el manejo de equipos que vinculan ambas tecnologías en el mundo.

En la Espol, indica su rector Moisés Tacle, carreras como esta o Telemática, creada hace un par de años y que mezcla la telecomunicación con la informática, han surgido con la finalidad de preparar al alumno en las nuevas tecnologías. “La Politécnica nació en 1968 porque en Guayaquil no se ofrecían carreras técnicas", dice el rector Moisés Tacle.