Un letrero amarillo y celeste da la bienvenida en Libertador Bolívar. A la izquierda de la carretera, una imagen parece una postal: entre una combinación de colores, mesas, árboles y rostros ansiosos destacan pulcros comedores que esperan la visita de los turistas.

Jacinto Ángel, presidente de la comuna, no oculta su emoción, no puede esperar contar lo que desde hace algunos meses sucede en su playa.

Desde que Libertador Bolívar fue escogido como parte del  proyecto Playa Destino Azul, del Ministerio de Turismo, su visión ha cambiado.

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“Es un plan donde se están dando las cosas paso a paso, tenemos talleres de capacitación cada dos semanas y reuniones mensuales. A través de altoparlantes invitamos a toda la comunidad a asistir, porque al fin y al cabo es en beneficio de todos”, dice Ángel.

Sin embargo, dentro de  la comuna se observa cómo los colores van desapareciendo y empiezan a destacar el olvido y la pobreza.

En una casa, acostados en una hamaca, están Juan Gonzabay y Gaspar Alejandro, ambos agricultores, quienes comentan que no tienen idea de lo que está sucediendo, porque la capacitación no llega a los que realizan su actividad, solo a los artesanos y a aquellos que se dedican a vivir del turismo.

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Ángel expresa que a los agricultores realmente no se les está dando la debida atención, porque no hay la ayuda necesaria. “Nosotros como comuna hacemos lo que más podemos pero en cuanto al turismo, porque en lo que respecta a la agricultura no tenemos mayor representación”, señala.

Luis Coronado, presidente de la Comisión de Turismo de la comuna, expresa que todo es un proceso. “La parte más vistosa, lo que ven los visitantes al ingresar, nos ha tomado diez años, por eso queremos que todos se involucren”, agrega.

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Resalta que el secreto está en  ir aprendiendo y enseñándole a la  gente que la única forma de salir adelante es tratando de solventarse ellos mismos por medio del turismo.

Coronado señala que también han recibido “un empujoncito” del ayuntamiento de Madrid, España. “Ellos han venido y nos han aportado con algo; cuando contamos con este pequeño impulso nosotros ponemos el resto, la cuestión es no estar pidiendo que las ayudas vengan del cielo, sino pedir algo y aprovechar lo  que se nos dé”, agrega.

Señalética
Además de haber sido seleccionado como parte del proyecto, Libertador Bolívar fue el lugar escogido para el lanzamiento de las señales de la Ruta del Spondylus, el 31 de diciembre pasado.

Ser tomados en cuenta constantemente se lo atribuyen a que siempre están involucrados en diferentes eventos y que su artesanía y su música son conocidas en todo el Ecuador. “Nosotros no nos hemos quedado cruzados de brazos, donde haya eventos ahí estamos, debe ser porque ven la unión de los habitantes”, indica.

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Ambos pobladores dicen estar sorprendidos por la gran acogida de los turistas y que incluso, desde hace diez años, cuentan con hospederías comunitarias en donde las familias locales reciben a los visitantes. “Ellos invierten en sus casas y con el dinero que  van dejando los visitantes arreglan otro cuarto”, comentan.

A pesar de su gran avance, dicen que la población aún no cuenta con alcantarillado. Ya hicieron su petición al recién creado Consejo Provincial de Santa Elena, cuyas autoridades les han prometido empezar los trabajos en mayo.

El Arenal
Otro de los lugares elegidos es El Arenal, en Playas. Pero ahí, por el contrario, su panorama es totalmente diferente.

Bonifacio Crespín, presidente de la comuna, afirma que la población se siente descontenta, ya que con la privatización de las playas les queda poco espacio para poder trabajar.

 Dicen  sentir que están siendo  relegados y que ya no tienen cabida. Sin embargo,   expresan que seguirán yendo a las capacitaciones, siempre y cuando sepan que podrán poner en práctica todo lo aprendido.