Hace cuatro años comenzaron los estudios para declarar como Patrimonio Cultural Intangible del Ecuador a la Diablada Pillareña, que se realiza del 1 al 6 de enero,  y se concretó el domingo anterior en un acto especial.

Según el relato del alcalde de Píllaro, Edwin Cortés Naranjo, a los indígenas de la colonia les daban un día al año para el descanso, que era aprovechado para disfrazarse de diablos para distraerse, así como  protestar por la opresión, abuso y represión de la que eran víctimas.

Explicó que el ritual se realizaba primero en las grandes haciendas luego, en la vida republicana  llegaron del campo a la urbe. Se llevaba el mérito  el primero en llegar a Píllaro.

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Según Inés Pazmiño, directora nacional de Patrimonio Cultural, en la Diablada se identificó el valor ancestral, por lo que el Municipio buscó que sea declarada Patrimonio para fortalecer la autoestima del pueblo pillareño y poner en valor esa expresión cultural.

La funcionaria argumentó que este   reto de rebeldía en la época de la colonia  se supone fue transmitido por miembros mitimáes de la parte del sur del continente, por lo que existen similitudes con las sociedades bolivianas y peruanas, pero que a su vez conservan algo propio del lugar.

Pazmiño mencionó que esa rebeldía se oculta detrás de las máscaras, que no son similares a las del sur, pero tienen connotaciones propias de Píllaro, “lo que ha hecho que esta fiesta cobre el sentimiento de manifestación, ya no como protesta, sino como proceso de desarrollo histórico y cultural que se fortalece para generar autoestima en la sociedad actual”.

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Para la funcionaria, con la declaratoria de Patrimonio Cultural se podrá difundir la festividad no solo al interior del país sino en el exterior, con miras a fortalecer el turismo hacia esa región del Tungurahua.

Asimismo, Galo Mora, ministro de Cultura, mencionó que “la declaratoria representa el reconocimiento a la cultura viva y a la que existe en el ritual de la Diablada que representa por lo menos cinco siglos de manifestación del pueblo, para que se mantenga, se profundice y se eleve, de lo cual depende su vigencia”.

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Para Ítalo Espín, director del Departamento de Cultura del Municipio de Píllaro, la fiesta es una de las tradiciones más importantes para el pueblo pillareño y ahora no solo le corresponde al cantón ni a la provincia de Tungurahua conservarla, sino a todo el Ecuador.

Atuendo
Los danzantes visten trajes de color rojo con cuernos confeccionados en cartón y papel celofán. La careta está hecha de cartón, blusa y capa de tela espejo adornada con flecos, guantes negros y un látigo de patas de venado.