A pesar de que la nueva Constitución prohíbe que las Fuerzas Armadas realicen actividades económicas diferentes a su misión y competencia, y que hay un proceso de desinversión en algunas de sus empresas, los militares no van a perder el control de sus principales compañías porque las consideran estratégicas.

La desinversión terminará hasta mediados de año. Según fuentes extraoficiales, todas las empresas militares superan los $ 100 millones de utilidades.

Las FF.AA. tienen más de 30 compañías que se dedican desde la producción de acero, lácteos y ropa, hasta exportar flores, banano, camarones  y transportación de petróleo.

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Las Fuerzas Armadas (FF.AA.) no perderán el control de sus principales empresas pese a que la Constitución prohíbe  que realicen actividades económicas diferentes a su misión y competencia.

El artículo 162 señala que solo podrán participar en actividades económicas relacionadas con la seguridad nacional y que podrán aportar  su contingente para apoyar  el desarrollo de acuerdo con la ley.

En menos de cincuenta años las Fuerzas Armadas  han consolidado un conglomerado  empresarial de más de 30 compañías, que se dedican a diversas actividades económicas,  desde la producción de acero,  lácteos, ropa, hasta  la  exportación de flores, banano, camarones  y transportación de petróleo.

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Según el comandante del Ejército, general Ernesto González, las FF.AA.  iniciaron el proceso de desinversión para cumplir con el mandato constitucional, pero aclara que seguirán en  las empresas consideradas estratégicas del Estado como Andec, Energyhdine, Dinmob,  Diaf,  Astinave, Flopec, Omnibus BB, entre otras, que generan millonarias utilidades y aportan al presupuesto de la institución armada.

González justifica la inversión militar en áreas fuera de su competencia porque considera que son estratégicas. “El apoyo al desarrollo es una misión constitucional de las Fuerzas Armadas. Las áreas estratégicas están vinculadas con la defensa nacional. Los recursos como el acero, petróleo, agua, deben ser regulados por el Estado”.

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En el 2008 las más de diez  empresas del Ejército (Holdingnide S.A. Corporación Industrial y Comercial) generaron  $ 14 millones en utilidades. Las empresas que más rentabilidad dejan a las FF.AA. son de la Marina,  sin embargo esos datos  no fueron proporcionados.

Según fuentes extraoficiales, todas las empresas militares superarían los $ 100 millones de utilidades anuales. Flopec y Astinave son las empresas más rentables de las FF.AA.

El alto mando militar contrató una auditora internacional para valorar sus paquetes accionarios en las empresas en donde se inició el proceso de desinversión, entre ellas:  Hotel  Marriott,  Inmoamazonas, Maresa (ensambladora de vehículos),  Proteas del Ecuador,  florícola;  Alfamédica, empresa de seguros; y Novacero.

Según González, las acciones en Omnibus BB (ensambladora y comercializadora) no se van a vender porque es considerada también estratégica. “Ahí vamos a continuar  porque estamos pensando en la industria militar. Darle un giro e  ingresar en una alianza estratégica para que se construyan los vehículos militares 4 x 4”. Y añade: “Lo importante es que esos recursos sirven para autofinanciar el presupuesto de FF.AA. Eso es quitarle el peso al Gobierno”.

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El ministro de Defensa, Javier Ponce, aclara que el Gobierno pretende fortalecer las empresas militares consideradas estratégicas. El objetivo es que ingrese al presupuesto del Estado los recursos que generan y evitar la discrecionalidad en la distribución.

“Astinave, Santa Bárbara, Diaf, son el germen de empresas militares muy poderosas. Ahí hay un problema de soberanía militar que está en juego. He pedido un estudio y a finales de enero, en consenso con las  FF.AA., se determinará todo el proceso de desinversión”.

Desde las columnas de opinión mientras ejercía el periodismo, Ponce fue uno de los más críticos con los militares por la cantidad de empresas que manejan, ajenas a su misión.

El proceso de desinversión  en el Ministerio de Defensa está a cargo  de  la subsecretaria de Planificación Lourdes Rodríguez y bajo la supervisión de Ponce.