AFP
TOKIO.- Yusuka Iwata y Hayato Yasuda no se conocían. Se hicieron amigos gracias a Liga de Quito. Ellos eran los  únicos aficionados japoneses, enfundados en sendas camisetas del club ecuatoriano, que esperaban en la fría mañana del lunes pasado, la llegada del plantel al estadio Nishigaoka, en las afueras de Tokio, donde entrena durante el Mundial de Clubes.