Desde hace ocho años, los proyectos que ha emprendido el Museo Municipal de Guayaquil han intentado involucrar a la mayor cantidad de ciudadanos y extranjeros y eso ha implicado trasladar réplicas y originales de las piezas que forman parte de su reserva, así como realizar representaciones de la historia del país y de la misma ciudad.

Melvin Hoyos, director de Cultura y Promoción Cívica del Municipio de Guayaquil desde el 2000, indica que este espacio dejó de ser pasivo para volverse más activo. A través de los programas  la gente está más cerca de la producción cultural de la urbe y aprende divirtiéndose.

Por ejemplo, el Museo Itinerante, consiste en llevar reproducciones de piezas de la reserva a colegios, consulados, centros comerciales y empresas. Con el Teatrino Itinerante se realizan representaciones históricas de la ciudad; y Musimuestras brinda conciertos didácticos. En lo que va del año, 3’606.610 personas formaron parte de los programas del Museo Municipal, indica Olga Guerra, jefa de este espacio.

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El Museo Municipal cumplirá este martes 16 de diciembre 100 años de fundación y durante este tiempo de vida ha afrontado diversas transiciones.

Desde mucho antes de su fundación, específicamente en 1863, su creador, el ilustre guayaquileño Pedro Carbo Noboa, lo llamó Museo Industrial, porque en este se mostraban y guardaban productos de la industria ecuatoriana, como el cacao, los licores, las frutas y las conservas.

En 1908 se le cambió el nombre a Museo Municipal, porque para inicios del siglo XX la Biblioteca Municipal, ya creada en ese entonces también por Carbo Noboa, contenía objetos de arte que le habían sido donados.

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Bajo esta nueva definición fue su fundador y director Camilo Destruge Illingworth. El Museo Municipal empezó a funcionar desde el 10 de agosto de 1909 en la Casa del Cabildo. Luego pasó por varias edificaciones. Hoyos comenta que el museo sufrió una debacle entre las décadas de los sesenta y los ochenta. Atribuye el hecho a que no hubo un presupuesto apropiado para hacer adquisiciones y para darle buen mantenimiento. El Salón de Julio, certamen que organiza el Cabildo con  el Museo Municipal, también estuvo expuesto a los entredichos.

En 1971 se trasladó definitivamente a Sucre entre Pedro Carbo y Chile, local en el que permanece hasta ahora con la Biblioteca Municipal. Allí, su primera directora fue la escultora Yela Loffredo de Klein, quien confiesa que cuando asumió la conducción del museo “las luces estaban quemadas, muchas obras estaban envueltas en papel periódico y sobre el piso, y no había un sótano adecuado para conservarlas”. Comenta que se adquirió una colección de monedas,  se trasladó al museo el Acta de Independencia que estaba guardada en el desaparecido Banco La Previsora y su hija Tanya Klein la ayudó a armar vitrinas para los objetos artísticos y arqueológicos.

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Lidia de Abad dirigió el museo a fines de la década del setenta e inicios de los ochenta. Explica que en su administración realizó caravanas culturales, hubo la Semana de la Marina, del Ejército y de los Obreros. “Hubo una época en que la Alcaldía no tenía dinero y yo veía cómo me las arreglaba para mejorar aspectos como las luces”, acota.

La pintora María Beatriz Plaza, quien estuvo a cargo de la dirección del Museo Municipal por un corto tiempo (tres meses) y  asumió la Jefatura del Museo en el 2000 y por dos años y medio, señala que  hizo remodelaciones, “se inició el  tour  histórico, se organizaron frecuentemente exposiciones individuales y nació el Festival de Artes al Aire Libre como una posibilidad de que el público dialogue con los artistas”.

Hoyos resalta que durante el tiempo de Alcaldía de León Febres-Cordero se sentó precedentes del cambio que adoptó el Museo Municipal. “Con Paco Cuesta como director durante los noventa se empezaron a ver cambios. Por ejemplo, en el  hall  de ingreso se instaló el Tótem Manteño Huancavilca  (del año 500 al 1.500 d.C) y  la tumba de pozo profundo (recreación de los rituales de entierro de la cultura Manteño Huancavilca). Se reestructuraron las salas, exhibiendo de mejor manera la reserva del museo”, indica.

Guerra expresa que siendo este espacio el más antiguo del país, constantemente se está renovando y busca mantenerse en la conciencia de todas las generaciones.

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APUNTES
EDIFICIO ACTUAL
El mural en el exterior del museo lo diseñó Jorge Swett. Su interior se divide en dos plantas. En la planta baja constan las salas y paneles multimedia sobre el origen y la evolución de Guayaquil. En la planta alta están las salas de Arte Sacro, Polivalente, de Numismática, de Exposiciones Temporales y de Arte Contemporáneo y el auditorio.

RESERVA
Su reserva de bienes  la forman más de 12.000 piezas, entre arqueológicas, numismáticas, etnológicas, artes plásticas y antropológicas.

EX DIRECTORES DEL MUSEO OPINAN
LIDIA DE ABAD
“Considero al Museo Municipal como una fuente de cultura, de historia. Es un recopilador del arte de Guayaquil, es uno de los lugares más importantes que tiene la ciudad”.

MELVIN HOYOS
“Es sin lugar a dudas el lugar donde descansan los objetos que nos recuerdan nuestra historia y donde se desarrolla la cultura de la ciudadanía guayaquileña”.

YELA LOFFREDO DE KLEIN
“El museo es un templo de conocimientos que debe estar en constante renovación para que la gente ponga  interés en conocer su historia”.