D. QUITO. Los campeones del 68 esperan hoy celebrar título. Hablaron de su hazaña y sobre el posible nuevo título.

Fue como si el tiempo no hubiese transcurrido para ellos. La gloria de haber sido campeones hace 40 años con el Deportivo Quito la llevan presente en su vida cotidiana. Talvez sus cuerpos ya nos tan atléticos como en aquella época, pero Gonzalo Maestrito Calderón (63 años), Manuel Loco Battaini (60), Héctor Pototo de los Santos (62), Lincoln Utreras (62) y Francisco Contreras (63), todos titulares en el equipo del técnico Ernesto Guerra Galarza, tienen una memoria privilegiada para contar el más mínimo detalle de las vivencias en el camino al título nacional de 1968.

"¡Centrá Maestrito, que aquí estoy listo para meterla!", exclama el Loco, goleador nacional de 1968 con 19 tantos, al ver que llega Gonzalo Calderón, a la cita que aceptaron ayer los ídolos chullas con diario El Universo, en la redacción Quito. El abrazo es interminable.

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"Acá abajo, en La Mariscal, vivía hace 40 años...", rememora Battaini. Pero su relato se interrumpe enseguida, pues, desde la esquina de la Lizardo García y Luis Tamayo, el Loco y el Maestrito divisan al Pototo de los Santos. "Vení, acá estamos", lo llama el artillero.

Luego el ritual se repite con las llegadas de Lincoln Utreras y Francisco Contreras. "Es que por las ocupaciones de cada uno, nos vemos muy poco; pero ahora que el Quito va ser campeón tenemos que estar unidos como hace 40 años", dice el ex defensa central Utreras, quien en la actualidad trabaja como tecnólogo de petróleos, en Petroproducción.

No hace falta proponer un tema de conversación. El lazo que los unió en 1968, el fútbol y la consecución del título, vuelve a ser el punto central de la charla. "Toda la campaña de este año me hace recordar a cuando nosotros ganamos el campeonato, fuimos los mejores de ese año y solo el Macará nos ganó (3-1), pero fue en un estadio (el de Ingaurco) exclusivo para ganarnos: Recién ese día lo inauguraron, las piedras volaban por encima nuestro cuando íbamos a cobrar los tiros de esquina y la cancha era un empedrado", rememora Contreras, el otro artillero chulla, quien como ingeniero dicta clases en la Escuela Politécnica Nacional.

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El relato continúa en la voz del Pototo de los Santos, capitán chulla en los últimos cuatro partidos de 1968, debido a una lesión de meniscos del Maestrito. "La clave esa temporada fue la unión del grupo, si alguien estaba en problemas todos acudíamos en su ayuda, incluso en los partidos si querían agredir a alguien ahí estábamos. Parece que el grupo de este año es igual", comenta el próspero empresario de embutidos, con su empresa La Suiza.

Pero el Loco, quien llegó desde su natal Uruguay siendo juvenil, del Peñarol, junto a Luis Aguerre (arquero), Óscar Barreto (delantero) y de los Santos (defensa central), enseguida agrega otros detalles que ayudaron a conseguir el título. "A los 40 años vuelvo a ver que un técnico (Carlos Sevilla) haga marca personal a un jugador, (Damián) Manso fue anulado por (Michel) Castro. Recuerdo que Ernesto Guerra (DT en 1968) le pedía al Petiso (luis) Sánchez que marque al mejor jugador del equipo rival, y vaya que cumplía al pie de la letra", asegura.

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"El Petiso había salido de la cárcel y el Trompudo Guerra le decía: mirá así como robás en la calle te ponés frente a frente y no lo dejas pasar... El Petiso salía a la cancha con un 'revolver', solo así logró taponar a los rivales más hábiles como Moacyr Pinto (Barcelona), Jorge Pibe Bolaños (Emelec), Rodrigo Paz (Liga de Quito)...", y enseguida una carcajada corta el relato de Battaini.

Y así como se robaba el show con sus goles, el Loco, apodo que le calza como anillo al dedo, es el centro de la conversación.  Y sobre su anotaciones dice: "El que más me gustó fue el que marqué a Macará, pero fue triste porque ahí perdimos el invicto. Pero el gol que más grité fue el Óscar Barreto ante Barcelona en Guayaquil, ganamos 1-0", rememora.

Prosigue: "Se jugaba el minuto 37 del segundo tiempo y Barcelona nos tenía arrinconados. Yo le decía a Barreto estamos liquidados. Pero luego de una jugada donde Pedro Álvarez falló un gol de forma increíble, solo y con la pelota en la línea de meta la botó afuera, enseguida en el contragolpe Barreto desde muy cerca del tiro de esquina remató y derrotó al guardameta amarillo", cuenta el Loco, quien actualmente es director de deportes de Fútbol Mentalidad Ganadora.

A esta remenbranza, el Mastrito, contador en la empresa del Pototo, agrega: "Fue hermoso, los cerca de 50.000 hinchas toreros que nos dijeron de todo y nos lanzaron muchas cosas, nos felicitaron. Al final, todo el estadio aplaudió. Con este resultado le sacamos cinco puntos de diferencia a Barcelona y éramos campeones, pues solo restaba una fecha (en la jornada final empataron a 0 con El Nacional)".

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Aunque se sienten orgullosos de que sus hijos sean profesionales en distintas áreas, no dejan de afirmar que fueron 'elegidos' al haber nacido futbolistas. "Con solo dos horas de trabajo vivo muy bien desde los 15 años, mi hijo trabaja hasta 14 horas, es inteligente, un buen economista, pero su labor es ardua... Un futbolista nace y no se hace. Gracias Dios por haberme bendecido", dice el Loco,

La tarde se acorta y las anécdotas continúan en las palabras de los héroes chullas de 1968. En todos hay una emoción especial, y hasta sus ojos brillan de la alegría al pensar que hoy, después de 40 años, volverían a dar una vuelta olímpica en Latacunga, luego de medir a Macará. No saben si acompañarán al club al estadio La Cocha, pero desde donde estén gritarán los goles de su gloriosa Academia.

Y aunque hoy no estén en la cancha, el próximo domingo volverán a vestir de corto para dar la vuelta olímpica junto a los Saritama, Donoso, Ibarra, Checa... por una invitación de la dirigencia actual, como un homenaje a los ídolos del 68.

Textuales: CAMPEONES DE 1968

Francisco Contreras
EX JUGADOR DE D. QUITO

“La campaña de este año me hace recordar a 1968. Fuimos los mejores de esa temporada”.

Héctor de los Santos
EX CAPITÁN DE D. QUITO

La clave de nosotros fue la unión y parece que el grupo de este año es igual”.