Estos apasionados por las letras  constan entre los visitantes más frecuentes a las tiendas de libros Mr. Books, Vida Nueva y La Librería, no solo en busca de un  best seller sino tras un clásico literario o algún texto que trate  temas relacionados con el ámbito político, económico, religioso y social.

Pilar Calderón de Gómez integra la lista de los más aficionados a la lectura. Este gusto lo descubrió cuando desde los 8 años empezó a leer  Novelas ejemplares, de Miguel de Cervantes, que contiene doce pequeñas historias.

Luego afianzó su interés en los textos cuando culminó sus estudios en literatura y pedagogía en la Universidad Católica de Guayaquil. Ahora integra cuatro grupos de lectura que analizan el argumento y personajes de un libro, entre dos y tres semanas.

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Indica que en todos ellos se procura priorizar  los clásicos. “Hay muchas obras que nos hemos perdido de niños o adolescentes por falta de tiempo y ahora aprovechamos para analizarlas. Acabo de leer Moby Dick,  es un buen libro para que disfruten los chicos o personas que se inician en la lectura”.

Para facilitar la labor de los grupos o clubes de lectura, sus integrantes se registran en las librerías más grandes como Vida Nueva, Mr. Books y Librimundi. Solo así reciben los tomos con descuentos y en ocasiones, prestados.

Calderón explica que en la sesión de los grupos –que ocurre cada mes y dura cuatro horas–  se intenta dinamizar el análisis de los ejemplares con debates, películas –si es que se ha hecho de la obra– y música.

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Sin embargo, en estas citas de lectura es escasa la presencia de gente joven, algo que lamenta Jorge Albuja, estudiante universitario de 18 años.

Él, al igual que Calderón, integra un grupo de lectura pero creado por universitarios para difundir este hábito.

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Se llama Casal Catalá de Guayaquil y reúne  a siete jóvenes de 18 a 25 años. Sus integrantes planean abrir una fundación de lectura para ampliar la cobertura de la labor del grupo.

Albuja menciona que  mantiene su pasión por la lectura desde los 6 años por uno de sus abuelos, quien poseía una gran biblioteca en casa. “Me cogía  libros de geografía, historia y los que  trataban sobre viajes”.

Albuja cursa la carrera de Turismo y manifiesta que a pesar del poco tiempo libre que le dejan los estudios, siempre aparta  un espacio para leer a sus autores favoritos: Alfredo Pareja Diezcanseco, Pablo Palacio, Demetrio Aguilera Malta, Franz Kafka, Isabel Allende y Mario Vargas Llosa.

Una atracción similar siente hacia los libros   Gabriela Padilla, maestra de inglés en el colegio Santo Domingo de Guzmán.

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A muy temprana edad  buscaba leer  las biografías de personas universales como Napoleón Bonaparte. También le gustan los temas relacionados con las conspiraciones, la política, la religión y las novelas del escritor francés Honore Balzac.

Padilla no está en un club de lectura, pero acostumbra a leer de dos a tres libros en el mes.

Dice que su inclinación por los textos se la debe a su padre, un ateo que luego se convirtió en testigo de Jehová, y su madre, quien también se dedica a la docencia.

Aunque no es profesora de materias relacionadas con la literatura y lenguaje, enfatiza que siempre les habla a sus alumnas acerca de la importancia y el valor de la cultura y con ello de la lectura.

OBRAS

Grupos de lectura
Desde hace cinco años los grupos de lectura han aumentado en las librerías.

Tendencia
Los grupos  están abiertos a cualquier género. Ahora está en boga la novela policiaca.