Es probable que la firma brasileña haya actuado mal, es posible también que el gobierno de Brasil esté demasiado comprometido con los intereses de sus empresarios; pero aun así, cabe recordar que la amistad entre ambas naciones es demasiado valiosa como para tratarla con descuido.

El eje Manta-Manaos, basado en sólidas relaciones con Brasil, fue proclamado objetivo fundamental de este régimen. Casi se lo  describió como la punta de lanza para salir del subdesarrollo. Y si bien nosotros  expresamos  dudas sobre ese proyecto, nos inquieta que un tono hostil pueda ser motivo de que la estrategia geopolítica y comercial del actual Gobierno se desmorone.

Ya nos llevamos mal con Colombia. Ahora se agrega Brasil. ¿Quién seguirá? Quizás convenga cambiar de acento. Lo cortés nunca quita lo valiente.