El personaje nació en una columna editorial y luego se convirtió en símbolo cívico de la ciudad.

Juan Pueblo no envejece. Tiene 90 años de edad, pero luce remozado y vigente.

En 1918 apareció por primera vez en Kaleidoscopio, columna de diario El Telégrafo, siendo una creación de Virgilio Jaime Salinas, quien luego también lo plasmó en las páginas de EL UNIVERSO y La Prensa.

Sobre Jaime Salinas, padre de Juan Pueblo, solo existen datos biográficos fragmentados. Nació en Guayaquil en 1900, fue hijo del escribano público Alejandro Jaime Martínez.

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Estudió en el colegio Vicente Rocafuerte, donde fue compañero del poeta de la generación decapitada Medardo Ángel Silva. Trabajó para revistas literarias, políticas y de actualidad como Semana Gráfica, Cocoricó, Caricatura, Vistazo, etcétera.

Su Juan Pueblo usaba una gorrita negra con una estrella en el centro. Vestía ropa vieja y andaba descalzo en compañía de un perro tan famélico como él mismo. “Es un hombre terriblemente pobre, con su ropa rota y se le nota hambre –opina el historiador Alejandro Guerra Cáceres–, sobre este personaje.

Virgilio Jaime Salinas falleció en esta ciudad en 1959 y aunque creó otros personajes y caricaturas, Juan Pueblo fue su obra inmortal que posteriormente fue retomada por los artistas Miguel Ángel Gómez, ya fallecido, y Luis Peñaherrera, ambos para publicarlo en columnas periodísticas en este diario y otros de la localidad.

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Cuando “heredó” a Juan Pueblo, Peñaherrera Bermeo era un dibujante de 23 años; hoy tiene 72.

A la muerte de Jaime Salinas, El Telégrafo convocó a un concurso nacional para reemplazarlo. Peñaherrera, que ya ilustraba el suplemento dominical de ese diario, envió tres caricaturas firmadas con el seudónimo de Sombras. Y ganó. Años después, en 1962 Peñaherrera empezó a publicar Flechazos. Bajo el seudónimo de Robin, el artista representó a Juan de acuerdo con la situación local y nacional.

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En 1992, el Municipio convocó a un concurso para escoger al representante de la ciudad. Peñaherrera se presentó con Juan Pueblo y ganó.

El Cabildo adquirió los derechos del personaje para ponerlo como símbolo de una de las campañas más importantes de la ciudad, la de cultura y rescate del civismo guayaquileño Ahora o Nunca: ¡Guayaquil vive por ti! Juan Pueblo cambió su estilo y pasó de ser un indigente a un guayaquileño bien vestido con guayabera blanca y pantalón celeste, para representar los colores de la ciudad.

El cambio del traje lo diseñó el mismo Peñaherrera.

Carmen de Romero, jefa del departamento de Promoción Cívica y de Cultura del Cabildo, asegura que el objetivo del cambio de Juan Pueblo era que estuviera a la altura del ciudadano común. “Cuando lo hizo el profesor Salinas era un personaje sucio, raído, y el pueblo guayaquileño es elegante, por eso cuando fue cambiado lo usamos como parte de la campaña que justamente buscaba elevar el autoestima de los ciudadanos y su amor por la ciudad”, señala.

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Desde entonces Juan Pueblo ha sido el símbolo de la ciudad, sobre todo en eventos festivos, para las fiestas de julio u octubre se lo puede ver en los carros alegóricos. Durante el año en eventos escolares o culturales la Dirección de Promoción y Cultura presta el traje de este personaje a la institución que lo necesite.

La participación de Juan Pueblo en temas políticos surgió en su primera versión, cuando era parte de una columna editorial. A veces se lo veía armado para defenderse de la delincuencia o moribundo cuando los hospitales estaban en paro y no había atención. También promovía valores como parte de operativos de limpieza o lucha contra el cólera.

El Juan Pueblo de Virgilio Jaime Salinas es un símbolo del guayaquileño que pese a su pobreza tiene ilusiones, lucha, se rebela y cuestiona al sistema. No es un personaje muerto, es actual, es una especie de Mafalda”, explica el historiador Guerra Cáceres.

Una vez que pasó a ser parte de la campaña cívica del Cabildo bajó su participación en temas políticos, aunque estos surgieron en la reciente campaña electoral, cuando el personaje apareció promoviendo el No contra el texto de la nueva Constitución Política.

Textuales
Caricatura

Alejandro Guerra Cáceres
Historiador

“Es un símbolo del guayaquileño que pese a su pobreza tiene ilusiones, lucha, se rebela y cuestiona al sistema”.

Carmen de Romero
Jefa de la Dirección de Promoción Cívica del Cabildo.

“Cuando lo hizo el maestro Salinas era un personaje sucio, raído, pero el pueblo guayaquileño es elegante, por eso el profesor Peñaherrera le diseñó otro traje con guayabera y un pantalón celeste”.