El presidente de Bolivia, Evo Morales, llamó este miércoles a la oposición regional a acelerar la negociación de un pacto nacional para pacificar al convulsionado país, al tiempo que recibía un apoyo sin precedentes de la habitualmente crítica cúpula sindical.

Mientras Morales pidió acortar los plazos establecidos en un acuerdo marco de diálogo firmado el martes, miles de campesinos seguidores del Presidente mantienen cortados los accesos a la ciudad de Santa Cruz, núcleo autonomista boliviano, en exigencia de la renuncia de los líderes opositores de la región, informaron hoy los manifestantes.

Los campesinos mantienen bloqueada la vía troncal que conecta Cochabamba con la capital cruceña, sobre la que amenazan con marchar si no renuncian el prefecto Rubén Costas y el presidente del comité cívico cruceño, Branco Marinkovic.

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Adelantar diálogo

El mandatario pidió a prefectos y dirigentes cívicos opositores de los distritos de las tierras bajas en el oriente del país instalar el diálogo el miércoles y no el jueves como estaba programado, y producir un acuerdo definitivo antes del plazo convenido de 30 días.

Pero, el apuro presidencial tropezó con dificultades logísticas y el anfitrión del diálogo, el prefecto del distrito central de Cochabamba, Alvaro Puente, dijo que esperaba que el miércoles en la noche se realice sólo un encuentro preparatorio entre el gobernante y algunos prefectos.

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Las bases del diálogo quedaron confirmadas el martes, cuando el prefecto del distrito sureño de Tarija, Mario Cossío, en representación de los distritos rebeldes, firmó el documento suscrito previamente por el Gobierno.

Con la firma del acuerdo, la oposición regional se resignó a perder a uno de sus más polémicos miembros, el prefecto del departamento amazónico de Pando, Leopoldo Fernández, detenido y confinado el miércoles en lugar desconocido acusado por una mortal emboscada contra una caravana de campesinos oficialistas.

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La matanza el jueves pasado, que dejó según datos oficiales 15 muertos y decenas de heridos y desaparecidos, fue el acto más sangriento en la ola de violencia que ha sacudido a Bolivia, lo que llevó al Gobierno a dictar el estado de sitio en Pando.

Otras dos personas murieron cuando el Ejército recuperó por la fuerza el aeropuerto de la ciudad de Cobija, la capital pandina, que estaba tomado por seguidores opositores tal como el resto de las oficinas públicas en el distrito.

Apoyo sindical

Morales recibió el apoyo de los líderes sindicales nacionales, que le puede garantizar un período de paz social mientras se desarrolla el complejo diálogo con la oposición regional.

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"Respaldamos y defendemos este proceso revolucionario de cambio en busca de la equidad, igualdad y justicia social que es liderizado por nuestro hermano, presidente Evo Morales Ayma, para construir una patria nueva con la aprobación de una nueva Constitución Política del Estado", dijo un acuerdo entre los movimientos sociales del Gobierno y la Central Obrera Boliviana.

Fue la primera vez que la COB, históricamente independiente de los Gobiernos, apoyó de modo abierto a Morales y repudió "el odio y el racismo fascista y neonazi y la actitud de los prefectos y dirigentes neoliberales (...) financiados desde la embajada norteamericana".