La emisión de gases que contaminan el planeta provoca altas temperaturas, lo que origina enfermedades y muertes. ¿Cuál es el escenario en Ecuador? Las condiciones climáticas han cambiado drásticamente en los últimos años. Por ejemplo, los rayos solares se han vuelto peligrosos por la destrucción de la capa de ozono debido al calentamiento global. ¿El culpable? El hombre.La Tierra tiene una capa de gases que la rodea y protege conocida como atmósfera, que está compuesta principalmente por oxígeno, nitrógeno, hidrógeno, dióxido de carbono (CO2), ozono, vapor de agua, entre otros. La radiación que emite el Sol no llega completamente a la superficie terrestre: una parte de esta la absorbe el ozono en la atmósfera, otra la reflejan las nubes y un porcentaje lo dispersan las partículas del aire o aerosoles, es decir, recibimos solo una pequeña cantidad de energía solar. Y aunque todo parece normal cuando observamos los rayos del Sol en el campo, en la playa o la ciudad, no es así. Hoy la Tierra está sufriendo un alza de su temperatura promedio y la capa de ozono, que actúa como un filtro para protegernos de las peligrosas radiaciones ultravioletas, cada vez es más delgada. Pero ¿quién es responsable de aquello? La respuesta es simple. Todos. Cuando usamos la energía obtenida de los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural), cuando utilizamos sistemas de aire acondicionado o ponemos en funcionamiento medios de transporte aéreo, marítimo y terrestre que contaminan el ambiente al producir monóxido y dióxido de carbono, entre otros gases.Incluso causamos el mismo efecto cuando empleamos artefactos obsoletos o descontinuados como aerosoles o sistemas de refrigeración y aires acondicionados que aún trabajan con gases del tipo CFC (clorofluorocarbonos). Lo mismo sucede cuando contribuimos con la deforestación, impidiendo que los árboles absorban el dióxido de carbono que emitimos. Y lo más importante, cuando no hay cultura de reciclaje.Todos estos gases se acumulan en la atmósfera, donde en conjunto producen el calentamiento global, proceso que tiene como efecto el cambio climático del planeta. La consecuencia de esto es el deshielo de los polos, nevados y glaciares, que causan el aumento en el nivel del mar, lo que a su vez provoca alteraciones en la frecuencia, intensidad y zonas de precipitación, acarreando consigo inundaciones, sequías, olas de intenso calor o frío, enfermedades y muerte. Altas temperaturasEl Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas sobre el Cambio climático (IPCC) predice un alza de entre 1,1 y 5,8°C en la temperatura promedio del planeta antes del 2100. Es más, la Organización Mundial de la Salud (OMS), en una conferencia celebrada el mes pasado en Libreville,  África, advirtió que la alteración climática, desde mediados de los años setenta hasta hoy, ha sido responsable de unas 150.000 muertes al año, y se cree que el número de fallecidos por causas directamente vinculadas a este fenómeno se cifrará en millones dentro de 20 años, ya que el cambio climático favorecerá a la desnutrición y enfermedades. ¿Qué tanto nos afecta?En Ecuador, el cambio climático global ya presenta sus consecuencias. Es evidente en nevados como el Antisana (5.758 m), Chimborazo (6.310 m) y el Cotopaxi (5.897 m) la acelerada reducción de sus glaciares, en promedio de 30 cm por año. Esto provoca a largo plazo la disminución del caudal de los principales ríos, lo que afectará la dotación de agua dulce y reducirá el aprovisionamiento de agua potable. Por ejemplo, debido al deshielo acelerado del Cotopaxi, las poblaciones de Pichincha y Cotopaxi podrían sufrir el racionamiento del líquido. ¿Qué pasará con la salud de los ecuatorianos? Es posible que se produzcan infecciones diarreicas o de piel debido a  la falta de higiene, explica el médico internista Telmo Fernández Cadena. Además, los rayos ultravioleta UV-B, al llegarnos directamente a la piel, nos causaría cáncer. También “podrían surgir nuevamente enfermedades originadas por arbovirus, que requieren de insectos, a manera de vectores, como los mosquitos, para transmitirse entre animales y el hombre. Como ejemplo se cita el Aedes aegypti, que transmite los virus del dengue y la fiebre amarilla urbana”, dice el virólogo Ernesto Gutiérrez Vera, del Instituto Nacional de Higiene Leopoldo Izquieta Pérez. El mosquito vive en climas tropicales, subtropicales y en agua estancada. Si este detecta que una determinada zona cambia su temperatura, hará de ella su nuevo hogar, comenta el experto en medio ambiente David Matamoros, profesor de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol). La acción de los rayos ultravioleta sobre la piel y las mucosas expuestas también reactivará los virus del herpes en los afectados que tienen su sistema inmune disminuido, provocando la reaparición de las lesiones, agrega Gutiérrez. El alza de la temperatura también afectaría a Guayaquil por estar a cinco metros sobre el nivel del mar. Si hay una elevación, como se predice (entre 60 cm a 1 metro), a final del siglo, la ciudad sufriría inundaciones, según Matamoros. “Si esto ocurre, el sistema de aguas lluvias que está enterrado no podría desfogar en los ríos. Además se produciría la mezcla de agua potable con aguas servidas, que provocará enfermedades infecciosas como el cólera”. Problemas respiratoriosEl efecto del cambio climático ya está afectando a los pacientes que tienen problemas respiratorios crónicos como la EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), dice el neumólogo Iván Chérrez, aunque todavía no existe en Ecuador un estudio que lo demuestre. “Es probable que la mayor frecuencia de enfermedades gripales, en los últimos diez años, sea consecuencia de estas variaciones de temperatura, pues las lluvias llegan antes de tiempo y las etapas de frío de verano perduran más”, dice. Si nosotros asumimos la responsabilidad de cuidar nuestro planeta, evitaríamos el cambio climático y que este nos produzca enfermedades y muerte. La decisión es solo nuestra.