El huracán Ike se debilitó a su paso por la isla. Las calles están bajo cinco metros de agua.

El huracán Ike se debilitó este martes ligeramente al cruzar el occidente de Cuba rumbo al Golfo de México, tras asolar durante casi dos días la isla provocando cuatro muertes y severos daños materiales.

Los vientos de Ike, un huracán de la mínima categoría 1, se debilitaron ligeramente a 120 kilómetros por hora tras impactar Cuba por segunda vez y abrirse paso por la provincia occidental de Pinar del Río, arrasada hace 10 días por el ciclón Gustav.

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En La Habana, los fuertes vientos y lluvias arrastrados por Ike provocaron derrumbes parciales en 16 edificios antiguos.

A media tarde del martes se adentrará en el Golfo de México, de donde Estados Unidos extrae un cuarto de su crudo y un 15 por ciento de su gas natural.

"Se espera que se fortalezca al entrar al Golfo de México", dijo la institución.

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Las autoridades evacuaron a más de 1,5 millones de personas ante la llegada de Ike, cuya mancha en las imágenes satelitales cubría buena parte del país.

En hecho inusual para Cuba, con un sistema de prevención de catástrofes reconocido internacionalmente por su eficacia, cuatro personas murieron: una mujer cuando su casa se derrumbó, dos hombres se electrocutaron y otro falleció por el desplome de una pared, en poblados del centro y oriente.

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En todo el país la actividad laboral fue suspendida, la circulación prohibida y la población recibió instrucciones de permanecer a resguardo, mientras brigadas de salvamento y agentes del orden patrullan las calles para socorrer a afectados por derrumbes e inundaciones.

Ike, que deja más de dos millones de evacuados, barrió el oriente y centro, dejando casas destruidas, árboles arrancados de raíz, cultivos anegados, postes derribados, poblados sin luz e incomunicados.
Camagüey, cuyo casco histórico fue hace poco declarado Patrimonio de la Humanidad, sufre una “severa inundación”.

“La situación es difícil, las calles están con agua cinco metros por encima de lo normal”, describió el presidente del Consejo de Defensa provincial, Julio César García. En Matanzas, donde está el balneario de Varadero, principal polo turístico de Cuba, se evacuaron más de 13.000 turistas, las calles estaban desiertas y los comercios cerrados. Sacos de arena sostenían los techos, y planchas de madera cubrían cristales.

“En 59 años que tengo he visto otros ciclones, pero no con esta destrucción. Es impresionante”, narró un habitante desde Camagüey, por teléfono.

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Olas de hasta diez metros se alzaron, hasta superar edificios de cinco plantas en las costas de Baracoa, extremo este. La penetración del mar se llevó casas enteras. “Nunca había visto algo igual”, dijo un testigo.

“Toda la nación ahora está a lo que en guerra se llama alarma de combate”, escribió Fidel Castro, alejado del poder por enfermedad, mientras su hermano, el presidente Raúl Castro, se reunió con la Defensa Civil e impartió instrucciones.