En las primeras horas de este martes, Gustav se había debilitado a depresión tropical mientras volcaba sus lluvias en el oeste de Luisiana, dijo el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (CNH).

Tras el paso de Gustav por los estados del golfo de México, se evaluará el proceso de retorno a sus hogares de las personas que puedan hacerlo, para saber exactamente los daños que causó en dichos lugares. "Hay muchas personas que pueden hacerlo", preciso esta mañana Jeniffer Lubrani, vocera de la Cruz Roja de Estados Unidos.

A los lugares afectados no ha podido llegar el Gobierno ni la Cruz Roja debido a que hay muchos caminos inundados, cables de electricidad caídos y escombros en las áreas más afectadas, indicó Lubrani.

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Por todo esto, aún no se puede conocer todos los efectos del huracán porque aún siguen las inundaciones y hasta que no baje no se puede puede precisar, sostuvo. Con respecto a las víctimas mortales, señaló que existe un número no confirmado de 8 posibles víctimas.

En entrevista telefónica con Citynoticias (89.3 FM en Guayaquil) Lubrani dijo que de todos los habitantes que hay en los estados donde topó el huracán Gustav, unas 10.000 personas no quisieron dejar sus hogares, por lo que decidieron quedarse.

De ellos, hay mucha gente que se ha quedado sin electricidad debido a que hay cables de electricidad caídos, lo que implica un riesgo, y por lo que la Cuz Roja está tratando de llegar con las autoridades para ayudarlas.

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Aseguró que a diferencia de lo ocurrido con el huracán Katrina, que les sirvió de experiencia, esta vez estuvieron muy preparados. "Dos días antes, que sabíamos que iba a caer la tormenta, ya estábamos preparados en ocho estados para dar alimentos, refugio y apoyo emocional", a la gente que evacuó, dijo.

Refirió que el organismo, que habilitó más de 300 refugios en ocho estados, tiene capacidad de hasta seis días para ayudar a los más 45.000 personas que hay en los sitios donde están albergados.

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Además, la labor de la Cruz Roja hasta estos momentos ha sido, la de dar camas, catres, asistencia financiera para que puedan regresar, y trabajos con el Gobierno y autoriades locales.

Nueva Orleans

Una ciudad de Nueva Orleans aún desierta este martes se preparaba para evaluar los daños producidos por el huracán Gustav, luego de que los diques reconstruidos parecían haber evitado la repetición de las inundaciones causadas por Katrina hace tres años.

El Cuerpo de Ingenieros del ejército estadounidense cerró las compuertas construidas luego del Katrina e intentó evitar que las aguas del lago Pontchartrain crecieran hacia el sur de la ciudad y sobre los bancos de dos canales.

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Aunque el agua fluyó por encima de los muros de contención y salió a chorros a través de grietas, un sistema para contener inundaciones que autoridades habían advertido dejó a Nueva Orleans vulnerable parecía haber aguantado bien.

El alcalde de Nueva Orleans, Ray Nagin, dijo que los residentes podrían comenzar a volver a la ciudad a fines de la semana. Con la ciudad aún bajo toque de queda, las autoridades evaluarán el martes los daños provocados por el huracán y permitirían que los primeros comercios comiencen a abrir sus puertas a partir del miércoles.

"El retorno está a sólo días y no a semanas", dijo Nagin.

Funcionarios de Luisiana reportaron seis muertes relacionadas con Gustav, incluida una pareja de ancianos en Baton Rouge que murió cuando un árbol cayó sobre su vivienda.

En contraste con el amplio descontrol que se produjo tras el paso del Katrina, la Policía de Nueva Orleans dijo que sólo había arrestado a dos personas por saqueos durante la tormenta.

Catalogado como un peligroso huracán categoría 4 hace unos pocos días, Gustav tocó tierra cerca de Cocodrie (Luisiana), unos 115 kilómetros al sudoeste de Nueva Orleans, con una fuerza de categoría 2, un escalón por debajo de la potencia con que Katrina golpeó en el 2005.

Las pérdidas iniciales estimadas que habría causado Gustav estuvieron muy por debajo de las ocasionadas por el Katrina, que provocó pérdidas por más de 80.000 millones de dólares, convirtiéndolo en el más dañino de la historia de Estados Unidos.