<strong><em>Terminó evento</em></strong>En la clausura del XXX Festival Internacional de Coros "El Canto Coral Hermana a los Pueblos" el protagonista fue Kily (Enrique Gil), quien apenas entró al escenario para dirigir al coro de la Universidad de Guayaquil, fue ovacionado.Como ya es costumbre, su comunicación con el público fue tan fluida, que parecería que estaba en la sala de su casa conversando con sus amigos.El coro anfitrión comenzó cantando los pasillos "Amarguras" y "Despedida", luego continuó con cuatro canciones más dedicadas a cada uno de los países invitados.Luego, Kily agarró una silla, se sentó y se dirigió nuevamente al auditorio lleno y les dedicó unas palabras, finalizando con la promesa de seguir trabajando en esto lo que le queda de vida.La otra parte del programa era la presentación de dos canciones de cada uno de los coros en el orden en que se presentaron durante la semana que duró el festival, muchos de los cuales cantaron canciones diferentes a las que ofrecieron al público en la intervención anterior.Algunos directores aprovecharon para agradecer a Kily por la invitación al festival, comentar lo bien que la pasaron y entregarle algún presente, tal fue el caso de César Liendo, director del coro Universitario de la UCV de Maracay, Venezuela, que luego de cautivar al público con su intervención, le dio una pintura de un artista de su tierra, pero más emotivo aún fue el abrazo fuerte y sincero que se vio en ese momento.Esa misma historia se repitió con otros directores y otros países, pero siempre en la misma tónica de cariño, respeto y admiración tanto de los representantes invitados y locales.Para la parte final del programa de clausura, todos los coralistas subieron al escenario para el canto común, pero antes, Kily pidió que sus hijos (Fernando, Beatriz y Alfredo) subieran a darle un beso y un abrazo.Ahora le tocó cantar a Beatriz Gil, quien con su espectacular voz y acompañada magistralmente por su hermano Fernando Gil, le dedicó dos canciones llenas de sentimiento y amor.Por fin, llegó el momento del canto común, que como ya es costumbre, termina esta semana con mucha emotividad, hermandad y amistad.